Cifras de firmas recabadas a la fecha permiten vislumbrar panorama (balazo)
- El Bronco y Margarita Zavala a la cabeza de los independientes.
- Se prevé que tanto PRD como el PAN presenten candidatos distintos.
- ¿Cuál será la opinión de los priistas que estaban en contra de quitar candados?
- Encuestas pasaron a la historia, han mostrado sus desaciertos en todo el orbe.
Eduardo Ruiz Healy
Como se ven las cosas, sólo dos de los 48 aspirantes a una candidatura presidencial independiente probablemente lograran los 866,593 apoyos de ciudadanos que se requieren para obtenerla.
Hasta ayer, estos eran los números de firmas de apoyo que, según el Instituto Nacional Electoral (INE), habían obtenido desde el 16 de octubre pasado los cinco aspirantes que más apoyo han recibido: el gobernador expriista de Nuevo León Jame Rodríguez Calderón, 520,488; la ex primera dama panista Margarita Zavala de Calderón Hinojosa, 269,495; el senador experredista Armando Ríos Piter, 123,65 9; la médica tradicional y defensora de los derechos humanos María de Jesús Marichuy Patricio Martínez, 69,925; y el empresario y ex comentarista de radio y TV Pedro Ferriz de Con, 69,783 (7.8%).
Dentro de sólo 81 días, el 19 de febrero venidero, vencerá el plazo que los aspirantes tienen para recabar los apoyos necesarios para no quedarse fuera de la elección del 1 domingo de julio de 2018.
Lo anterior significa que, si se mantiene el ritmo de recopilación de firmas que hasta ahora ha logrado cada candidato, para la fecha límite cerrarán así: Rodríguez Calderón con 1,394,116 apoyos, Zavala de Calderón Hinojosa con 735,838, Ríos Piter con 327,900, Marichuy con 191,622 y Ferriz con 189,835.
Vistas así las cosas, el nombre del nuevoleonés seguramente aparecerá en la papeleta de voto de la elección presidencial junto a los de José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador y de los candidatos que postulen los diferentes partidos con registro, ya sea solos o en alianza con otros.
Es también muy probable que en la papeleta también figura el nombre de la ex primera dama ya que es previsible que ella y su equipo intensifiquen sus actividades durante los días que aún les quedan para obtener los apoyos.
Para los tres otros independientes antes mencionados las cosas se ven muy difíciles si es que no imposibles. Sólo un milagro, de esos que hace siglos no se ven, explicaría que en la papeleta estuvieran impresos los apellidos Ríos Piter, Ferriz de Con o Patricio Martínez.
Con un Frente Ciudadano por México que se desmorona a consecuencia de la debilidad que dentro del PRD tiene su presidenta saliente Alejandra Barrales, todo permite suponer que tanto el PRD como el PAN presentarán un candidato distinto.
En resumen, competirán por la presidencia de México seis candidatos: Meade, AMLO, el Pony Capao que antes era conocido como el Bronco, Margarita, el del PAN y el del PRD, lo que le complicará mucho las cosas a los dos primeros debido a que los votantes tendremos mucho de donde escoger entre un menú que nos presentará tres candidatos que de alguna manera representan el sistema y tres que se han posicionado como antistémicos.
MEADE, EL MEJOR DEL GABINETE
El anuncio que hizo el presidente Enrique Peña Nieto, no sorprendió a nadie porque era lógico suponer que el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, sería el candidato presidencial del PRI luego de que un día antes trascendiera que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, le había informado a su equipo que él no sería el abanderado priista.
Ayer en la tarde, a través de mi cuenta de Twitter @ruizhealy comenté: “No será sorpresiva la candidatura de @JoseAMeadeK. Desde que el PRI eliminó candado de militancia de 10 años estaba cantada. Indudablemente, él es el mejor del gabinete de @EPN y puede presumir que el @PRI_Nacional lo buscó a él, que no es priista. Casi un independiente”.
Me explico.
El 12 de agosto pasado, la XXII Asamblea Nacional Ordinaria del PRI aprobó diversos cambios a los estatutos del partido, entre ellos uno al Párrafo Segundo del Inciso XIII del Artículo 181, que quedó redactado así: “… la Comisión Política Permanente, aprobará la participación en el proceso de postulación de candidaturas a cargos de elección popular federales, Gubernaturas y Jefatura de Gobierno, a ciudadanas y ciudadanos simpatizantes, cuando su prestigio y fama pública señalen que se encuentran en el nivel de reconocimiento y aceptación en condiciones de competitividad para ganar”. Así, quedó abierta la posibilidad para que Meade, que nunca ha militado en partido alguno, pudiera ser candidato.
¿Y ULISES RUIZ?
¿Qué dirán ahora quienes se opusieron al cambio de dicho estatuto, entre ellos el desprestigiado exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, quien durante la mencionada asamblea nacional llamó a sus compañeros a «no quitar candidatos para recibir a cualquiera sin compromiso” porque “La militancia está hasta la madre de imposiciones de que no se les represente y ahora queremos abrir el partido a quienes no tienen militancia?”.
Califico a Meade como el mejor del gabinete en vista de que ningún otro de los que se mencionaban como posibles candidatos reúne su experiencia en cargos del más alto nivel: cuatro veces secretario de Estado, dos de ellas al frente de Hacienda. Además, el haber sido integrante del gabinete de Felipe Calderón lo hace muy aceptable ante los ojos de los que acostumbran votar por candidatos del PAN pero que no votarían por Ricardo Anaya, el presidente nacional de ese partido que no genera mucha simpatía hacia él, o por Margarita Zavala de Calderón, a quien ven como una buena pero muy inexperta mujer que es manipulada por su marido.
En realidad, Meade es un candidato independiente que puede presumir de no ser priista. Es más, puede jactarse de que el PRI lo buscó a él.
La pregunta obligada ahora es: ¿podrá ganar la elección del 1 de julio entrante? El tiempo nos lo dirá.
ENCUESTAS FALLARÁN NUEVAMENTE EN EL 2018
En un artículo que se publicó en el diario The New York Times el 20 de junio de 2016, el profesor de Políticas Públicas y Ciencias Políticas en la Universidad de Rutgers y ex presidente de la Asociación Estadounidense para la Investigación de la Opinión Pública, Cliff Zukin, afirmó que hay dos tendencias que están haciendo que las encuestas sean cada vez menos confiables: el aumento en el uso de celulares y la poca voluntad de la gente a responderle a los encuestadores: “Estos dos factores han hecho que las investigaciones de calidad sean mucho más costosas y que por ello se realicen menos de éstas. Esto ha abierto la puerta a técnicas que científicamente estén menos fundamentadas y probadas. Para empeorar las cosas sigue el eterno problema de las encuestas: como identificar a los posibles votantes”.
El especialista explicó ampliamente estas dos tendencias y concluyó que “no hay una solución para las encuestas electorales”. Afirmó que “el viejo paradigma se ha roto y no hemos descubierto la manera de reemplazarlo. El resultado es que las encuestas políticas se han hecho menos precisas… Vamos a tener que pasar por un período de experimentación para ver qué funciona y cómo atinarle mejor a un blanco en movimiento”.
Zukin escribió su artículo para tratar de explicar por qué tantas encuestas electorales realizadas en diferentes países no reflejaron la realidad de la situación que pretendían medir y describir.
Entre otras, mencionó las encuestas de 2014 que no captaron la fuerza que de los candidatos del Partido Republicano que acabaron controlando ambas cámaras del congreso estadounidense, las de 2015 que subestimaron la fuerza del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y pronosticaron que perdería su cargo, y las de 2015 que no midieron correctamente la fuerza de los conservadores en las elecciones británicas.
A las encuestas citadas por Zukin podríamos añadir las de 2012 que, salvo dos, se equivocaron rotundamente al predecir los resultados de la elección presidencial de México. También las de 2016 que pronosticaron que Donald Trump no ganaría la presidencia de Estados Unidos, las que sobreestimaron la fuerza del PRI en las elecciones de varias gubernaturas, las que aseguraron que una ligera mayoría de los votantes británicos votaría en contra del Brexit, las que en España anunciaron que Podemos ganaría más votos que el PSOE, o las que aseguraron que la mayoría de los colombianos votaría a favor del acuerdo de paz logrado entre su gobierno y los guerrilleros de las FARC.
Mucho me temo que, salvo una o dos encuestadoras, en 2018 de nuevo fallarán las encuestas al pronosticar los resultados de las elecciones del 1 de julio.
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