Ruiz-HealyTimes: ¿Cambiará el PAN?


Eduardo Ruíz-Healy

 Lo militantes del PAN eligieron ayer a sus nuevos dirigentes nacionales. De los 477,010 panistas incluidos en el padrón votaron unos 231,000 (el 48%), y, como se esperaba, el diputado queretano Ricardo Anaya ganó la presidencia nacional panista dejando muy atrás en la votación a su contrincante, el senador chihuahuense Javier Corral.

Hasta la noche del domingo, 16 de agosto, se habían contado 212,245 votos, el 92% de los que fueron emitidos. De este total, Anaya obtenía el 81% mientras que Corral apenas lograba ganar el 16%.

En su discurso de victoria Anaya dijo, entre otras cosas, lo siguiente: “No toleraremos un solo acto de corrupción… Crearemos órganos autónomos e independientes para investigar con objetividad y sancionar con severidad a quien cometa un acto de corrupción. Sin excepción alguna”.

Palabras duras, sin lugar a duda, pero a fin de cuentas sólo palabras. Los actos de corrupción cometidos por cientos de panistas desde que Vicente Fox asumió la presidencia de la república en diciembre de 2012 han sido ampliamente difundidos y los corruptos no han sido ni siquiera investigados, menos castigados legalmente o expulsados de su partido. Los panistas han disfrutados de la misma impunidad que los políticos y funcionarios que militan en cada uno de los partidos políticos que existen o han existido en el país, sin excepción alguna.

 

¿TOLERANCIA O COMPLICIDAD?

Tenemos el muy reciente caso de quien fuera candidato panista a la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Francisco Rojas, mejor conocido como Paco Moches, quien fue video-grabado dos veces recibiendo dinero en efectivo. La primera vez, de un contratista que le dio 400,000 pesos ; la segunda, de un individuo no identificado que le entregó 1,400,000 pesos. Pese a ello, el PAN lo hizo candidato y luego, después de que fuera derrotado en las urnas, lo defendió rabiosamente. La foto de Gustavo Madero y Carlos Navarrete, presidentes salientes del PAN y PRD, respectivamente, sentados frente a una mesa y comprometiéndose en público a defender el supuesto triunfo del corrupto Rojas es muestra de que los actos de corrupción no solamente se toleran sino que se solapan por los dirigentes de los partidos.

Es más, dentro del nuevo comité ejecutivo nacional panista que presidirá Anaya hay varios exfuncionarios de los gobiernos de Fox y Felipe Calderón cuya honestidad ha sido cuestionada por más de uno.

Existen métodos científicamente avalados para determinar si una persona es honesta o no. Se usan ampliamente en diversos países del mundo menos en México.

Es más, bajo la presidencia de Gustavo Madero, el PAN rechazó utilizar uno de estos métodos.

Ojalá que Anaya sí acepte adoptarlo porque así demostraría que va en serio su lucha contra los corruptos que hay dentro de su partido, que sí pretende cambiar al PAN.

¿Cambiará el PAN con su nuevo presidente?

RUIZ  HEALY RIUCARDO ANAYA

DRUMPF, JINDAL, RUBIO, CRUZ, SANTORUM

En su plan de reforma migratoria que presentó hace unos días, el aspirante a la candidatura a la presidencia estadounidense por el Partido republicano, Donald Trump, propone eliminar la Sección 1 de la Decimocuarta Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos aprobada el 9 de julio de 1868 por el Congreso de ese país, la cual señala que: “Toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos, y sujeta a su jurisdicción, es ciudadana de los Estados Unidos y del Estado en que resida”.

Esta enmienda, aprobada para darle la ciudadanía a los afroamericanos, anuló la decisión de la Suprema Corte estadounidense del 6 de marzo de 1857 que determinó que los descendientes de africanos, fueran libres o esclavos, no podían ser ciudadanos.

En su plan, Trump, se limita a anotar que es necesario acabar con el derecho a la ciudadanía por nacimiento (end birthright citizenship), pero no propone cómo, lo cual abre todo una serie de preguntas sobre el tema, entre ellas la que define quién es estadounidense. ¿Lo es el hijo o la hija de padres estadounidenses? ¿Y si uno de los padres no nació en Estados Unidos, que pasa?

Al eliminarse la 14ª Enmienda, varios de los aspirantes a la candidatura presidencial por el Partido Republicano tal vez dejarían de ser estadounidenses.

RUIZ   HEAY  DONADL  TRUMP

EJEMPLOS ABUNDAN

Por ejemplo,  el padre de Donald nació en Estados Unidos, pero fue hijo de un alemán apellidado Drumpf. Su madre, de apellido MacLeod, nació en Escocia. ¿Sería Trump (o Drumpf) alemán, escocés o verdaderamente estadounidense?

Otro aspirante a la candidatura republicana es el gobernador de Louisiana, Bobby Jindal, cuyo verdadero primer nombre es Piyush. ¿Sería estadounidense en vista de que sus padres son originarios de Punjab, India? Es más, ¿sería Bobby (o Piyush) estadounidense en vista de que fue concebido en la India y su madre llegó a Estados Unidos a los tres meses de embarazo? ¿Y los hijos de Jindal, serían estadounidenses si consideramos que la primera dama de Louisiana, Supriya Jolly, nació en Nueva Delhi, India?

Bajo las reglas de Drumpf o Trump, dos aspirantes probablemente no serian estadounidenses. El senador por Florida, Marco Rubio, es hijo de cubanos que inmigraron a Estados Unidos en 1956, mientras que el senador por Texas, Ted Cruz, nació en Calgary, Canadá, hijo de un cubano naturalizado canadiense y una estadounidense.

Uno más, el ex senador por Pennsylvania, Rick Santorum, es hijo de un médico italiano.

La propuesta de Trump está iniciando una discusión que podría dividir aún más a la población de Estados Unidos.

Lo peor es que algunos de los aspirantes que podrían resultar no ser ciudadanos están adoptando la misma posición extrema del germano-escocés apellidado Drumpf-MacLeod.

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