Ruiz Healy Times: El país de los secretos


Secretos
  • Vicente Fox y Felipe Calderón reservaron mucha información.
  • Enrique Peña Nieto superó a todos, aumentó la secrecía en 55 %.
  • Hacen público el video del asesinato de Luis Donaldo Colosio.
  • Mexicanos deben saber si recientes inquilinos de Los Pinos “vaciaron”.
  • Los mexicanos más ricos que aparecen en la lista de la revista Forbes.
  • Si desean mejores sueldos incursionen en la iniciativa privada, advierten.

Eduardo Ruiz Healy

Por órdenes del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la Procuraduría General de la República (PGR) difundió ayer el video grabado en el momento exacto en que fue asesinado, el 23 de marzo de 1994,  el entonces candidato presidencial priista, Luis Donaldo Colosio Murrieta. Por quién sabe qué razones, el video había sido reservado hasta 2035. No soy un experto, pero no vi en él nada que no viera en otros videos que muestran el homicidio que cambió la historia de México, evento que me tocó narrar y comentar ese día a través de los micrófonos de la entonces XEDF-970 de Radio Fórmula. Todavía recuerdo, como si hubiera ocurrido ayer, el momento en que anuncié al país que había muerto el político sonorense.

No entiendo por qué tuvieron que transcurrir 24 años, 8 meses y 13 días desde el asesinato hasta la difusión pública del evento. 9024 días en que los gobiernos que presidieron Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felpe Calderón y Enrique Peña Nieto se empeñaron en ocultar una escena vista por casi todos desde diferentes ángulos visuales (a menos de que un criminólogo forense vea algo en este material que permita abrir el caso que aparentemente está cerrado).

El video…

El caso del video largamente oculto por la PGR es uno de los millones de casos de documentos oficiales que por haber sido clasificados como reservados o confidenciales no pueden ser vistos por los mexicanos. Esto no incluye quién sabe cuántos miles y miles de documentos escondidos, desparecidos o destruidos por funcionarios de los tres poderes y de los tres niveles de gobierno.

Para tener una idea de la secrecía que hasta ahora ha caracterizado a nuestros funcionarios, basta navegar por internet. Ayer googleé la frase “información reservada México”, entrecomillada, y obtuve 14,400,000 de resultados. También me encontré con una nota publicada el 4 de septiembre de 2017 en www.sinembargo.com, entre otras cosas, menciona:

“El Gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto tiene 12,406,136 expedientes reservados. Muchos de ellos no se abrirán hasta 2024, seis años después de que haya dejado Los Pinos. Recurso permitido por el marco jurídico de la Transparencia. Cada vez, la secrecía se incrementa en la Administración Pública. Vicente Fox Quesada (2000-2006) concluyó con 3,839,000 asuntos y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) con ocho millones. Peña Nieto ha aumentado en cinco años en 55% los secretos del Gobierno”. Es la mayor cifra de información bajo reserva desde 2004, año en que fue creado el Índice de Expedientes Reservados del gobierno federal.

Vicente Fox Quezada

Entre la información reservada por la recién concluida administración, de acuerdo con sinembargo.com se encuentra:

  1. El diagnóstico sobre la guerra contra la delincuencia que Calderón le entregó a Peña, reservado hasta 2024.
  2. La información sobre la compra del sistema de espionaje Galileo hechas por el Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN), reservada hasta 2027.
  3. Los nombres de los funcionarios que hicieron del Zócalo de la Ciudad de México un gigantesco estacionamiento el 2 de septiembre de 2014, cuando Peña rindió su Segundo Informe de Gobierno, reservados hasta 2026.

En este inicio de la llamada Cuarta Transformación, el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador haría bien en ordenar a todas las dependencias del gobierno federal que revisen exhaustivamente los archivos que han clasificado como reservados o confidenciales y el Congreso debería modificar las leyes que rigen la materia. No es posible, por ejemplo, que a 50 años del movimiento estudiantil de 1968 aún haya archivos reservados sobre el asunto, algunos de ellos para proteger la identidad de quienes fueron responsables de abusos de autoridad y muertes.

En estos días se ha publicado que la familia Peña Nieto vació la residencia oficial de Los Pinos, ahora convertida en centro cultural. Se ha reportado que se llevaron pinturas, esculturas, muebles, ropa adquirida con recursos públicos, vajillas, cuchillería, libros y hasta las sábanas que había en el lugar. ¿Acaso ahora es reservada la información que nos permitiría saber cuáles de esos bienes eran propiedad del gobierno y cuáles de la familia presidencial? ¿Es necesaria esa secrecía?

Los mexicanos tenemos el derecho a saber lo más que podamos sobre nuestro gobierno y sus funcionarios, sean federales, estatales o municipales; pertenezcan al poder ejecutivo, legislativo o judicial. Sus situaciones patrimoniales al detalle, sus intereses económicos, o su estado de salud, entre otras cosas.

México debe dejar de ser el país de los secretos que hasta ahora ha sido.

Carlos Slim Helu

MÉXICO EN EL PAÍS DE FORBES

¿Qué tanto destacan los mexicanos alrededor del planeta según las listas que cada año publica Forbes, la revista estadounidense especializada en negocios y economía?

En la lista donde aparecen las 75 personas más poderosas del mundo se encuentran dos mexicanos: en el lugar 20, el empresario Carlos Slim Helú, de 78 años de edad, y en el número 64 sigue anotado el ahora expresidente Enrique Peña Nieto, quien naturalmente será eliminado de la lista después de dejar el cargo el pasado primero de diciembre.

¿Será reemplazado por Andrés Manuel López Obrador por el sólo hecho de sucederlo o tendrá que ganarse a pulso su lugar en la lista?

De acuerdo con Forbes, cuatro de las cinco personas más poderosas son presidentes: el de China, Xi Jinping, en primer lugar; el de Rusia, Vladimir Putin, en segundo; le sigue el estadounidense Donald Trump; en la cuarta posición figura la canciller alemana Angela Merkel; y en la quinta posición está el empresario fundador de Amazon, Jeff Bezos.

En la lista de las 100 mujeres más poderosas del mundo no se ubica una sola mexicana.

Felipe Calderón Hinojosa

También está la famosa lista de multimillonarios que incluye a 2,208 personas que poseen fortunas superiores a los 1,000 millones de dólares. En ella aparecen 16 mexicanos en los siguientes lugares de la lista: Carlos Slim Helú (7), Germán Larrea Mota Velasco (72), Alberto Bailleres González (143), Eva Gonda de Rivera (222), Ricardo Salinas Pliego (222), María Asunción Aramburuzabala (296), Juan Francisco Beckmann Vidal (315), Jerónimo Arango (499), Antonio del Valle Ruiz (679), José y Francisco Calderón Rojas (822), Carlos Hank Rohn (1215), Roberto Hernández Ramírez (1284), Emilio Azcárraga Jean (1394), Rufino Vigil González (1650), David Peñaloza Alanís (1756), y Alfredo Harp Helú (1867). Para ver el monto de la fortuna de cada uno se puede consultar en www.forbes.com/billionaires/list/#version:static_country:Mexico.

La lista de las 100 celebridades mejor pagadas del mundo, que incluye a deportistas, actores, personalidades y músicos, incluye a un mexicano: el boxeador, vilipendiado por muchos, Saúl “Canelo” Álvarez, que en 2017 obtuvo ingresos por 44.5 millones de dólares para colocarse en el lugar 62 de la lista. El peleador mexicano se encuentra muy por debajo de los primeros tres lugares: 1) el también boxeador Floyd Mayweather Jr. (285 millones de dólares); 2) el actor George Clooney (239 millones); y, 3) la personalidad Kylie Jenner (166.5 millones).

María Asunción Aramburuzabala

No aparece mexicano alguno en las listas de los actores y actrices de cine y televisión mejor pagados del mundo.

¿Por qué me he referido este día a las listas de Forbes en donde se hallan personas poderosas, influyentes y exitosas? Por una sencilla razón: no hay muchos mexicanos en ellas, lo cual es un confiable indicador del lugar en que realmente se encuentra nuestro país dentro del mundo; por lo menos, en lo que refiere a hombres y mujeres que se encuentran en la cumbre internacional dentro de sus actividades profesionales correspondientes.

Entre las miles de personas incluidas en las listas de la revista, solo figuran 18 mexicanos. Uno de ellos, Slim Helú, dos veces, y otro que será eliminado dentro de poco tiempo. 17, a final de cuentas.

Esta es nuestra realidad si nos comparamos con otros países que han sabido hacer mejor las cosas.

Enrique Peña Nieto

SI QUIEREN GANAR MÁS, VAYAN A LA IP

Muchas veces he dicho que no trabajé nunca en el sector público, que nunca fui un burócrata. Pero la triste verdad es que sí trabajé para el gobierno hace muchos años, durante una vacaciones cuando estudiaba la preparatoria.

Mi padre, buscando que mi periodo vacacional fuera productivo, me mando a trabajar con un primo suyo quién era el subjefe de la oficina de Obras Suburbanas del entonces Gobierno del Distrito Federal.

El lugar de trabajo era un campamento ubicado en la avenida Francisco del Paso y Troncoso, a unas cuadras del viaducto Miguel Alemán. Durante un par de meses llegué todos los días a las siete de la mañana y ahí me quedaba todos los días hasta las dos de la tarde.

¿En qué consistió mi trabajo? En no hacer nada.  Igual que los demás ahí sentados, porque nadie trabajaba en esa oficina. Todos veían pasar siete horas de su vida, día tras día.

Después de esa lamentable experiencia decidí que servir al Estado no era lo mío y dejé la chamba una vez que regresé a clases.

Años después mi tío me dijo que él le había comentado a mi papá que en ese campamento iba a perder mi tiempo, que quienes trabajaban eran los ingenieros, capataces y peones que de ahí se iban a pavimentar calles, reparar banquetas y otras obras. Pero mi padre insistió con su primo y por su culpa tal vez México perdió a quien hubiera sido un buen funcionario.

Ya en la Universidad decidí que yo quería ganar dinero para vivir sin problemas y que el mejor lugar para hacerlo, de manera honesta, era como empleado en una empresa privada. Y así lo hice. Después de concluir mis estudios profesionales y de postgrado trabajé como mercadólogo, publicista, investigador de opinión pública y vendedor en diversas empresas, unas propias otras no.

Hasta que en 1982, al ingresar al oficio periodístico, encontré lo que desde entonces es mi pasión y me olvidé de llegar a un ejecutivo de alto nivel.

Alberto Bailleres González

Todo lo anterior viene al caso ir al caso porque el martes pasado el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que aquellos burócratas que no quieran ganar menos de lo que él pueden irse a trabajar al sector privado.

Y tiene razón Andrés Manuel. Quien quiera ganar un mejor salario que el que le ofrece un puesto burocrático que se vaya al sector privado, si es que lo contratan, porque la realidad es que muchas empresas prefieren no contratar a exfuncionarios que aparentemente aprendieron a realizar negocios chuecos aprovechando el poder que les daban sus cargos.

Los burócratas de nuestro país deben entender que son servidores públicos, que están para servir a quienes pagan los impuestos de donde provienen sus sueldos. Deben aceptar que es muy difícil que puedan ganar más que alguien que realice un trabajo similar en el sector privado. Deben ser burócratas siempre y cuando su vocación les diga que quien servir a la sociedad. Si eso no es el caso, que busquen trabajo en una empresa.

En este asunto apoyo totalmente al presidente de México. Ya habrá oportunidad de escribir sobre las cosas que no me parecen adecuadas, sensatas y viables.

 

www.ruizhealytimes.com

Facebook: Eduardo J. Ruiz-Healy

Instagram: @ruizhealy

Twitter: @ruizhealy