Ruiz Healy Times: El Dominio del Demagogo


Andrés Manuel López Obrador
  • Gran vigencia de artículo publicado de Sigmund Neumann en 1938.
  • Pérdida de confianza en instituciones y personas propicia cambios.
  • Tren Maya genera esperanzas y desaprobaciones entre ciudadanía.
  • Notoria novatez entre integrantes del nuevo gabinete presidencial.
  • Conveniente que tomen conciencia que son gobierno, no oposición.

Eduardo Ruiz Healy

“La reciente expansión del dominio demagógico está conectada con dos premisas históricas, a saber: el ascenso de la democracia de masas moderna y el fracaso de las instituciones. El demagogo moderno es el “líder de la gente” y el “sustituto de las instituciones” durante un tiempo de transición; por lo tanto, no puede ser simplemente descalificado con indignación moral como un hombre que promete todo sabiendo que no puede cumplir su promesa. Los más poderosos demagogos modernos son creyentes sinceros y fanáticos en su misión de “salvadores” de su pueblo. No los tortura el escepticismo ni la falta de confianza en sí mismos. Este mismo defecto de autoevaluación los hace héroes para las masas que viven acosadas por la incertidumbre. El verdadero demagogo les da fe y seguridad porque está absolutamente seguro de sí mismo. Se percibe como un enviado de Dios o casi como un dios.

Desde Aristóteles, el demagogo ha sido descrito como un líder del pueblo que conquista a las masas. ¿Cuál es la diferencia entre un demagogo y un estadista, entre Cleón de Atenas y Pericles? En realidad no hay una gran diferencia. Hasta el más grande de los estadistas depende de alguna manera del apoyo de las masas y por ello debe utilizar algo de demagogia. Por lo tanto, hay un elemento demagógico en cualquier gobierno, especialmente en las democracias modernas. Sería una sobre simplificación identificar la demagogia con la dictadura.

El cambio de una democracia liberal, por ejemplo, del dominio de las clases que poseen propiedades a la cultura de la democracia de masas, necesariamente conduce a grandes cambios dentro de los liderazgos. Ciertamente, significa el fin del tipo liberal del siglo XIX. Es la hora histórica del demagogo. Es este origen histórico que en gran medida explica el hecho de que el demagogo aparece en la literatura política solo como una fuerza destructiva. Aristóteles lo describió como quien incita a la multitud contra las clases propietarias. En nuestros días encontramos descripciones similares en las obras de pensadores liberales que temen por los valores básicos del liberalismo, como los derechos del individuo, la garantía de la libertad personal y el Estado de derecho.

Rutilio Escandón

CONFIANZA PERDIDA

Cuando un sistema económico es cuestionado, cuando se rompe un código social, cuando se debilitan las ligas religiosas, la gente busca sustituirlos con nuevas autoridades. El llamado por un líder es el resultado del debilitamiento o la no existencia de instituciones políticas, de una clase dirigente y de un código de valores aceptado. Cuando estas instituciones y sus elementos de gobernanza son lo suficientemente fuertes, no sólo para preservar sino para ajustar a la sociedad a su desarrollo evolutivo, no surge el peligro del demagogo. En ello está la gran prueba de la fortaleza de las instituciones. Cuando éstas fracasan, los demagogos surgen; ellos son el sustituto de las instituciones en un tiempo de transición. Aquí yace la justificación para este nuevo dominio personal”.

Apoyo de las masas

ASOMBROSA VIGENCIA

Los párrafos que arriba aparecen son mi traducción de una parte del artículo “The Rule of the Demagogue”, escrito por Sigmund Neumann, que se publicó en la revista American Sociological Review en agosto de 1938.

Es increíble, pero a 80 años de su publicación, el texto del politólogo y sociólogo alemán Neumann parece escrito para describir la realidad que hoy vivimos, en donde están llegando al poder personas que prometen todo sabiendo que no pueden cumplir sus promesas, como consecuencia del modelo económico neoliberal en cada vez más países de América y Europa.

Neumann explicó hace ocho décadas las razones que explican la llegada de gobernantes demagógicos, las cuales son tan válidas hoy como lo fueron entonces. Ojalá el mundo no acabe inmerso en una guerra mundial como la que originaron esos demagogos.

El texto completo de Neumann puede leerse en https://www.jstor.org/stable/2083896?newaccount=true&read-now=1&seq=1#metadata_info_tab_contents.

Sigmund Neumann

TREN MAYA, JUSTIFICADO; El NAICM, TAMBIÉN

Es indudable que el Tren Maya será el gran proyecto de infraestructura a realizar durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, tal como Enrique Peña Nieto pretendía que el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) fuera la magna obra que su administración iniciaría, pero no tendría tiempo de concluirla, y que le heredaría al priista que él seguramente creía que lo sucedería en el cargo.

Desafortunadamente, ambos proyectos han sido excesivamente politizados por sus detractores.

Quienes se oponen al Tren Maya afirman que será una obra demasiado costosa —mucho más cara que los entre 120,000 y 150,000 millones de pesos que Andrés Manuel ha dicho que costará— para atender a solamente tres millones de pasajeros anuales, principalmente turistas que cada año visitan la Riviera Maya. En su ruta de 1,525 kilómetros habrá más de una docena de estaciones, sin que hasta ahora se tenga una lista definitiva de las mismas. Por lo pronto, se ha difundido que cuatro estarán en Quintana Roo (Bacalar, Cancún, Playa del Carmen y Tulum), cinco en Campeche (Calakmul, Campeche, Candelaria, Escárcega y Xpujil), una en Chiapas (Palenque), cuatro en Yucatán (Chichen Itzá, Izamal, Mérida y Valladolid) y dos en Tabasco (Balancán y Tenosique). Esta lista se modificará según se defina el proyecto.

De día, sobre los rieles de la ruta, viajará un tren de pasajeros, mientras que de noche pasará un tren de carga para así darle el mejor uso a dicha infraestructura.

Quienes utilicen el Tren Maya con fines recreativos y culturales tendrán un mejor y más fácil acceso a un buen número de zonas arqueológicas y destinos turísticos que actualmente no están bien conectados por carreteras o rutas aéreas.

Los que se oponen a la obra son, en su mayoría, habitantes de la Ciudad de México que ven a la Península de Yucatán y al sureste del país como zonas despobladas y subdesarrolladas y seguramente visitan esos lugares como turistas, como “asesores” de algún gobernante estatal o municipal o para dictar alguna conferencia, cuando para ello los contrata alguna organización empresarial o social.

Ernesto Zedillo

PREVÉN ÁREA DE OPORTUNIDADES

Hasta ahora, todos los gobernadores en funciones y electos de la zona, sin importar su filiación partidista, apoyan unánimemente la construcción del Tren Maya porque saben que generará miles de empleos durante los cuatro años que durará su construcción y, tal vez lo más importante, generará nuevos centros de población y desarrollo a lo largo de su ruta, sobre todo en sus tramos del Caribe y del Golfo.

Recordemos que los ferrocarriles detonaron el desarrollo económico de la mayoría de los países que se propusieron impulsarlos. Las vías férreas permitieron la expansión de Estados Unidos. Les guste o no a muchos, México se desarrolló durante el porfiriato precisamente por la expansión de la red ferroviaria del país, la cual quedó olvidada por los gobiernos dizque revolucionarios que vinieron después.

Cientos de poblaciones mexicanas que estaban comunicadas con el resto del país por medio de un tren de pasajeros quedaron económicamente postradas cuando Ernesto Zedillo privatizó los ferrocarriles del país y los puso en manos de empresas extranjeras, que lo primero que hicieron fue cancelar el servicios de pasajeros sin que les importara afectar así a cientos de miles de personas.

El Tren Maya no transformará al sur-sureste de México de un día para otro, pero será una obra de infraestructura que conectará a esa zona aislada desde siempre con el resto del país. El desarrollo y el bienestar se darán cuando esté operando, espero que con la eficiencia con que funcionan los ferrocarriles europeos.

El proyecto ferrocarrilero de Andrés Manuel se justifica plenamente, igual que el proyecto aeroportuario de Enrique Peña Nieto.

Ruta programada para el Tren Maya

LOS DE MORENA DEBEN APRENDER A SER GOBIERNO

Muchos de los lopezobradoristas que actualmente forman parte de las fracciones mayoritarias del Congreso de la Unión y de los congresos estatales no tienen la más mínima idea de lo que son las responsabilidades, tareas y atribuciones de un legislador. Tampoco tienen una idea clara de lo que implica ser parte de un gobierno en funciones un gran porcentaje de quienes dentro de muy poco pertenecerán a la administración federal que presidirá Andrés Manuel López Obrador. Igualmente habría que añadir a los cinco gobiernos estatales que serán gobernados por morenistas: Rutilio Escandón (Chiapas), Claudia Sheinbaum (Ciudad de México), Cuauhtémoc Blanco (Morelos), Adán Augusto López (Tabasco) y Cuitláhuac García (Veracruz).

Un porcentaje mayoritario de los lopezobradoristas que están llegando al poder se han opuesto a éste durante casi toda su vida y ahora, gracias a los resultados de las elecciones del 1 de julio pasado, pertenecen a la clase política que ejercerá el poder durante varios años, si no es que décadas.

Claudia Sehinbaum

CAMPAÑA TERMINÓ; HOY SON GOBIERNO

Salvo quienes militaron en las filas del PRI o del PAN y que ahora profesan fidelidad a AMLO, los seguidores del presidente electo piensan y actúan como si siguieran siendo oposición, y aquí incluyo a la mayoría de los experredistas que, pese a haber gobernado la CDMX y varios estados, nunca se integraron completamente al sistema político mexicano.

Por eso no deben sorprendernos las conductas que durante las últimas semanas han asumido diversos senadores y diputados federales y locales que siguen creyendo que deben tomar la tribuna de sus respectivas cámaras cuando desean mostrar su inconformidad en torno a alguna cuestión; interrumpir a gritos e insultar a los funcionarios panistas, priistas o perredistas que ante ellos  comparecen; llamar a que se desobedezcan o dejen de aplicar leyes que ellos juraron cumplir y hacer cumplir el día en que asumieron sus cargos.

Cuauhtémoc Blanco

CONSULTAR ANTES DE HACER DIFUSIÓN

El mejor ejemplo de que algunos aún no entienden de qué se trata el asunto de gobernar ocurrió hace un par de días cuando el futuro comunicador social de la Presidencia de la República, Jesús Ramírez Cuevas, anunció que los diputados y senadores de MORENA aportarán de manera “voluntaria” parte de sus sueldos para cubrir el costo de la consulta que se realizará a fin de mes para conocer la opinión ciudadana sobre el próximo aeropuerto de la CDMX.

Aparentemente, Chucho olvidó consultar antes de decir lo que dijo a los principales dirigentes del congreso federal, ya que el presidente de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, y el líder de los senadores morenistas, Ricardo Monreal, alzaron sus voces para asegurar que los legisladores de su partido no tienen por qué financiar la supuesta consulta, y menos ahora que gracias a la austeridad republicana perciben menos que sus antecesores. Tampoco recordó Ramírez Cuevas que su jefe ha reiterado que respetará los poderes legislativo y judicial y que nunca se entrometerá en sus asuntos. Lo peor es que no tomó en cuenta que Muñoz Ledo y Monreal son dos veteranos de la política que parecen no estar dispuestos a recibir órdenes de un novato como él; tal vez sí de su jefe, pero de él nunca.

Se acerca el 1 de diciembre y la novatez del nuevo grupo gobernante es notoria. Urge que aprendan a ser gobierno o todo México pagará muy cara su inexperiencia.

www.ruizhealytimes.com

Mail: eduardoruizhealy@gmail.com

Twitter: @ruizhealy