Política inconfesable: Que siempre si


Rodrigo Villar.

En estos tiempos pedir no empobrece, y menos imaginar que podemos alcanzar por golpes de suerte, posiciones insospechadas en nuestras vidas. Hoy somos testigos de un caso que nos pone los pelos de punta. Y tiene que ver con la condición humana del aparente trabajo por los demás, pero conlleva  los más profundos y nefastos intereses personales por el poder.

Se trata de la ascensión vertiginosa de Francisco Martínez Neri, el ex rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez, al escenario de la política. Él es un burócrata universitario que fue llamado por Gabino Cue a trabajar por la cultura de nuestro estado y de ahí el mismo gobernador lo catapultó, quien sabe cómo, a la política nacional.

Una vez que ya se ha descrito con amplitud la llegada de Martínez Neri a la coordinación del PRD en la Cámara de Diputados federal, y a mi me cuesta trabajo como podrá desenvolverse un hombre apocado como él en ese mundo de la real politik a la mexicana, donde existen los cochupos, las negociaciones ocultas e inconfesables.

Cuando le llegó el apoyo del gobernador, que negoció con el resto de las tribus perredistas -confrontadas con los chuchos- su imposición, Martínez Neri se aprestó a declarar que él no aspiraba a conseguir la candidatura del PRD al gobierno del estado, obviamente con el respaldo millonario del gobernador y el uso de recursos públicos para posicionarlo entre todos los sectores de la sociedad de nuestro estado.

Recuerdo que su primera impresión ante los medios de comunicación la emitió en la televisión local, donde nos dijo lo siguiente:

“Me gustaría trabajar fuertemente por esta Legislatura (LXIII). Hay otros tiempos, una cuestión importante la cercanía de las fechas, habría que solicitar licencia, me parece inadecuado. Sería una muy mala imagen, otra vez una mala señal para la ciudadanía.

Y la entrevistadora lo inquirió: ¿Lo descartamos entonces?.

La respuesta de Martínez Neri –hace dos semanas- fue tajante, “definitivo, definitivo, lo tenemos que descartar definitivamente”.

Incluso fue abundante y pródigo en su justificación. De por qué no se iría de la Cámara de Diputados, aunque se mencionara su nombre como candidato al gobierno por el PRD.

“Existe el interés de trabajar sobre la construcción de un modelo educativo nacional, ajustado a las características de cada uno de los estados de la federación, cuestión que no se tiene contemplada en la llamada reforma educativa que más bien es una reforma administrativa-académica Crisis educativa en México, muestra la gran debilidad, fragilidad en materia educativa. No tenemos Modelo Educativo Nacional que contemple particularidades de los estados. La actual es una reforma administrativa-académica, que si bien tiene cosas positivas, también podemos afirmar que no ha llegado al núcleo, al meollo del asunto que es el Modelo Nacional.

“El que enseñar, el cómo enseñar, con que infraestructura. Todos esos aspectos son fundamentales Debiéramos en esta Legislatura consolidar un Modelo Educativo. En materia educativa se cosecha a largo plazo.

A los que leímos esas declaraciones nos complacería que tales promesas fueran verdad. Que no se moviera de sus obligaciones, que para llegar ahí se gastó millones de pesos en su campaña electoral. Y ese dinero, estimado lector, fue aportado por todos nosotros vía los impuestos que en demasía nos retiran las autoridades hacendarias.

Sería halagueño que el mismo Martínez Neri cumpliera su palabra y sus dichos, pues últimamente él ha hablado de la ética y la moral publica como responsabilidad de los políticos en su quehacer diario.

No obstante, todas son palabras. Su negativa inicial a abandonar su encargo legislativo es pura demagogia, porque nos hemos enterado que Francisco Matínez Neri ya comenzó a declarar entre sus cercanos que sí dejará tirado el encargo de la Cámara de Diputados, si las fuerzas vivas (perredistas) del estado, cilindreadas y maiceadas por Gabino Cue lo señalan con el dedo flamígero que todo lo puede.

Cuanto me recuerda todo esto al pasado.

Nada cambia, vamos en un retroceso indeseable con esta clase política que nos mueve el dedo en la boca, nos engaña. Promete y después sin miramiento alguno laza el guadañazo, acertando en el corazón mismo del pueblo, en su de por si dañada credibilidad.

INCONFESABLE GABINO CUE