Política Inconfesable: ¿Qué queremos?


Rodrigo Villar

Nada tan sabio como la vida.

A todos nos coloca en nuestro justo sitio y no hay nada que reprochar, ni para dónde hacerse. Para nuestro estado vendrá seguramente un futuro más alentador con un gobierno joven y comprometido con los más pobres.

No es una falsa expectativa, ni es día de los inocentes, los dados se están acomodando y esperamos que en cuestión de pocos días se termine la infame historia de depredadores que han mal gobernado Oaxaca en los últimos –casi- doce años.

De eso, ya habrá tiempo de exponerle a usted apreciado lector nuestras ideas y posturas sobre el particular.

Ahora los que le presento es una serie de reflexiones sobre lo que queremos, y sobre todo que es posible en tiempos tan aciagos:

Deseamos un México que dialogue, que todos construyamos con propuestas y compromisos; que sea para todos, en el que exista una nueva constitucionalidad que fortaleciendo nuestra herencia histórica y nuestra identidad nacional, establezca las bases para forjar un país justo y diferente, en el que la vida política, económica, social y cultural, se transformen para el logro de los ideales y el beneficio de los mexicanos, quienes habremos de ejercer a plenitud nuestros derechos y cumplir a cabalidad nuestras obligaciones.

Entendemos la nueva relación, con una visión colectiva de un país que puede y debe recuperar la esperanza.

Queremos un México en el que exista una nueva y justa relación del Estado con los pueblos indígenas, empezando por el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés y la armonización de la legislación nacional con la declaración de la declaración de la ONU en materia de derechos indígenas. Que respete por norma constitucional su lengua, sus sistemas normativos, su identidad cultural, la medicina tradicional y autonomía en sus formas de gobierno; que corrija las desigualdades económicas y sociales y establezca la acción integral y concurrente de las instituciones para lograr su desarrollo.

Queremos un México que dialogue, en donde todos contribuyamos con propuestas y compromisos; un país que sea para todos, en el que fortaleciendo nuestra herencia histórica y nuestra identidad nacional, se establezcan las bases para forjar un país justo y diferente, en el que la vida política, económica, social y cultural, se transformen para el logro de los ideales y el beneficio de los mexicanos, quienes habremos de ejercer a plenitud nuestros derechos y cumplir a cabalidad nuestras obligaciones.

Queremos un México pensado en positivo, en el que la mentalidad se oriente a construir puentes con los otros y no barreras; en el que el ser humano, la gente, sean, como debe ser, el punto de referencia, el principio y el fin de toda acción de la administración y los poderes públicos; y en el que éstos, además de ágiles y eficientes en su gestión, informen con suma transparencia el uso de los recursos que les fueron confiados.

Queremos un México en el que quienes nos gobiernen sean personas con alto sentido del deber, capacidad y honestidad; con espíritu de servicio a toda prueba y profundo amor a este País nuestro y a su gente. Un país en que el gobierno se maneje con ética y austeridad republicana, en el que no existan estructuras burocráticas innecesarias, privilegios y percepciones extraordinarias en los altos mandos de la administración, y en el que se gobierne para todos, en una prioridad que empiece por los más humildes.

Queremos un México con un gobierno cercano a la gente, que sepa armonizar los intereses de los distintos grupos sociales; en el que haya un federalismo que equilibre el desarrollo regional, con nuevas reglas de convivencia y cooperación entre federación, estados y municipios; más equitativo en la distribución de los recursos y en el que los gobiernos locales obtengan más ingresos, gracias a mayores potestades.

Queremos un México justo, en el que la plena igualdad ante la ley y el respeto a los demás y a su diversidad, sea una forma de vida, y se reconozcan como norma constitucional los derechos humanos; en el que no existan ni discriminación ni sumisión por causa alguna. Un país tolerante, equitativo, plural, realmente generoso y libre.

Queremos un México, en el que la corrupción sea cosa de un pasado ominoso y la honestidad y la verdad en las conciencias y el proceder un tesoro presente. En el que haya nuevos caminos de esperanza para transitar a un mundo más justo y equitativo. En  el que seamos capaces de cambiar nuestro sentir, nuestro pensar, nuestro hacer, para estar a la altura de aquello que soñamos.

Queremos un México, donde la educación sea valorada como el principal medio para acabar con la desigualdad social y generar el avance del país; y la calidad y los contenidos del sistema educativo se transformen, gracias a una intensa participación de los padres de familia, los docentes y los propios alumnos, para hacer estudiantes más creativos, con afición a la lectura, con sólidos valores, a quienes guste investigar y se les aliente la capacidad analítica y el pensamiento crítico; un país que garantice la educación pública gratuita en todos los niveles escolares, desde el nivel preescolar al doctorado, incluyendo becas en apoyo a quienes, por falta de recursos, hoy se encuentran en riesgo de deserción; y en el que los maestros reciban sueldos dignos, acordes a la trascendencia de la función social que desempeñan. Un país donde la educación sea un asunto de la mayor importancia para el Estado.

Queremos un México donde exista una mayor infraestructura cultural y se preserve el patrimonio ya existente en todo el territorio nacional; y la cultura y el arte, como expresión del espíritu humano, sean algo cercano a todos y concebidos como parte del desarrollo integral del individuo para elevar su calidad de vida.

Queremos un México que se impulsen la radio y las televisiones culturales y los artistas y creadores contribuyan a la preservación de nuestra identidad, tradiciones y culturas populares e indígenas; y cuenten con apoyos y becas que estimulen la continuidad de sus trabajos.

Queremos un México que tenga una política de Estado en materia de fomento agropecuario, que genere una profunda transformación de la producción del campo, encaminándola tanto a la exportación como a la autosuficiencia alimentaria y en la que los ejidatarios, comuneros, productores y pequeños propietarios, participen en su definición y sean los primeros beneficiarios. Un país que sepa aprovechar el profundo amor a la tierra que tiene el campesino y lo motive mediante apoyos, créditos, tecnología, insumos, sistemas de riego y precios de garantía, a mantener su arraigo, generando la capitalización del sector, promoviendo agroindustrias y evitando con ello que los campesinos emigren con riesgo de perder la vida misma.

Queremos un México en el que, existiendo la rectoría económica del Estado, el gobierno emprenda procesos de desregulación, haga competitiva la estructura arancelaria, combata eficazmente el contrabando, construya la infraestructura básica y productiva que sea un pilar para el crecimiento de la economía de todas las regiones del país y fomente y de certidumbre a la inversión privada. En el cual se apoye significativamente a la micro, pequeña y mediana empresa, mediante acciones que incluyan créditos, energéticos a bajos costos, acceso a mercados y reducción de tasas arancelarias para materias primas.

Queremos un México en el que el aumento del salario mínimo se encuentre por encima de la inflación, manteniendo el poder adquisitivo de los trabajadores. Con pensiones dignas, que permitan a quienes las reciben, ver compensados los esfuerzos de toda una vida en el trabajo.

Tenemos una cita con la historia aquí y ahora. Somos parte de la solución en este punto de partida. Tenemos un compromiso con las generaciones del presente y las del porvenir.

INCONFESABLE  SUEÑOS Y DESEOS...