Política inconfesable: Huelga empresarial


Empresarios mexicanos en Palacio Nacional
  • La inacción de hombres de negocios de México es evidente.
  • En reuniones con el Ejecutivo federal sólo hacen promesas.

Rodrigo Villar

El sector empresarial el México, también mueve sus piezas de nuevo, y ahora lo hace peligrosamente. Su participación en la vida pública juega un papel sustantivo, porque así como es favorecido con las decisiones de los gobiernos y las leyes que en su beneficio aprueban los diputados y senadores, estarían obligados a responder con inversiones que llevaren implícitas nuevas ganancias, pero también el desarrollo de amplios sectores de la sociedad, entre ellos sus empleados.

Hombres de negocios de México durante cena que el presidente López Obrador les ofreció en Palacio Nacional.

Esa definición es la que todos esperaríamos se diera en una economía de mercado, donde impera la lógica de ganar y competir. Es decir, lisa y llanamente, el sistema capitalista de producción, donde los inversionistas y empresarios tienen una participación determinante.

Resulta que al día de hoy, los empresarios mexicanos se encuentran en “huelga” y simplemente no invierten en la medida es que la realidad requiere y reclama.
Con índices de violencia como los registrados en el último año, que sin duda son resultado de las graves condiciones sociales y económicas que los gobiernos del PRI y PAN heredaron al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y el consecuente aumento de la pobreza entre la mayoría de la población, la palanca de crecimiento, se esperaría, debería surgir de los empresarios, quienes han resultado beneficiados, paradójicamente, de las condiciones de vulnerabilidad de las mayorías.
Así, en el terreno de la responsabilidad social, la ética pública y el compromiso con el país que finalmente les dio todo lo que han acumulado, los empresarios tienen una deuda que se niegan, con mezquindad, a pagar con el resto de la sociedad.
Y esa obsecuencia, esas ganas de no hacer nada y esperar, como buitres, al acecho de la carroña, esperan a intervenir.
Y uno se pregunta ¿qué esperan? y la respuesta es evidente: a que la debilidad del Estado y sus instituciones se manifieste con decisiones erráticas, que conduzcan a una crisis que en estos momentos es indeseable.

Creciente desempleo

ERRORES Y ACIERTOS DEL GOBIERNO ACTUAL

Lo que menos esperamos es que los empresarios, insisto, los que se han enriquecido de una forma grosera y apabullante en México se mantengan en huelga, y no respondan a esta hora de urgencia nacional, en la que el destino del país se encuentra en vilo.

En el actual gobierno ha habido de todo. Errores garrafales del gobierno, grandes aciertos, ruptura del ominoso paradigma que nos hacía más y más corruptos sin que nadie se atreviera a enfrentar esa desgraciada forma de vivir de millones, hasta que López Obrador nos demostró que es posible enfrentarla y derrotarla, fiascos como el del avión presidencial, la tontería de abandonar la construcción del nuevo aeropuerto internacional, por un capricho presidencial. De todo, nada se puede, ni se debe negar, porque evidencias hay muchísimas.

Persiste la pobreza en México

Ya también se han generado decenas de promesas y compromisos de los “grandes”  empresarios con el gobierno. Han jurado y perjurado que invertirán decenas o cientos de miles de  millones de pesos en infraestructura, en sectores particulares de la economía,¿ y qué hemos visto? nada.

Y es que su participación en el actuar de nuestra sociedad es relevante, porque si no hay inversión, no hay empleos y por tanto no hay bienestar social. Tan sencillo como eso.

Por eso, la pregunta es qué esperan los empresarios, los que se dan de golpes pecho, los limpios y pulcros moralmente, para comprometerse y contribuir al crecimiento del país.

Esperemos que sus razones sean honestas, estos no son momentos de deshonestidad histórica.