Rodrigo Villar
Apenas se enteró del contenido del mensaje de Gabino Cue en su último informe de gobierno, y un lector oaxaqueño que se alejó de estas tierras a causa de la represión del chacal de Chacaltongo, Ulises Ruiz Ortiz, me llamó consternado para informarme que enviaría vía correo electrónico una carta, y que ojalá pudiera replicarla en este importante medio de comunicación.
En principio le respondí que si, que no tenía inconveniente alguno, siempre y cuando sirviera a los lectores para formar criterio.
Al momento de recibir las líneas de esta persona, me convencí de replicar su carta porque constituye un reclamo legítimo y ético a un gobierno mediocre que ha expoliado a mí estado, desaprovechando la oportunidad histórica que tuvo en sus manos y dejó perder porque la corrupción, la frivolidad y el exceso se inoculó en sus extrañas.
Leamos:
Apreciado amigo. Soy un lector asiduo al Correo de Oaxaca, ese periódico es un oásis en el desierto en nuestro maltrecho estado.
Sigo con atención a Fouche, las políticas Inconfesable y la Confesable, sus originalísimas primera plana y contraportada, el Tequio, en fin leo el Correo, y por eso me atrevo a enviarle estas líneas, porque lo que sucede en Oaxaca, ya no debe seguir pasando, es injusto, ofensivo y criminal.
Cuando gobernaba el asesino de Ulises Ruiz Ortíz muchos oaxaqueños nos vimos obligados a salir de nuestra tierra, donde viven nuestras familias, donde vimos crecer a nuestros hijos, donde construimos un patrimonio y todo, todo los tuvimos que abandonar porque las amenazas sobrevinieron cuando expresamos nuestra desaprobación por la forma corrupta de conducirse de un monstruo, deforme y corrupto como Ulises Ruiz.
Después de el, obviamente nadie esperaba que el PRI ganara la elección para gobernador y así fue.
Llegó al poder, impulsado por una extraña coalición entre la izquierda y la derecha, aderezada por una campaña de Andrés Manuel López Obrador, el señor Gabino Cue Monteagudo.
Se abría con el, para muchos oaxaqueños –yo he de confesar que para mi no representaba nada porque lo había visto gobernar la capital del estado, y lo hizo con excesos, corruptelas y nada diferente a sus compinches ulisistas (de Ulises Ruíz) , que finalmente son lo mismo-, una posibilidad de cambio y de esperanza.
Sin pretender discernir las nefastas acciones de gobierno de Gabino Cué, como un ciudadano de mi estado, considero necesario preguntar: ¿y en el gobierno de Gabino, dónde quedó el ejercicio de la ética publica? y ¿qué hizo de la práctica de la moral, también pública?
Si todos saben que la práctica de la política es una de las acciones mas nobles de la historia del hombre, por qué en Oaxaca se ha desvirtuado tanto, porque hemos tenido gobiernos tan detestables con Ulises Ruíz y Gabino Cue, ¿por qué hemos heredado esto?
Al enterarme del último informe de gobierno del actual remedo de gobernador, y después de haber escuchado a Carlos Velazco -en el programa de Eduardo Ruiz Healy- decir que Gabino Cue se queja de que no se le quiere en la Ciudad de México, me surge un sentimiento de rabia y a la vez de desazón.
Por qué le interesa al gobernador de mi estado, del que tuve que salir en vilo por las amenazas de que fui objeto, quedar bien con los políticos y con los medios de comunicación de la capital del país.
¿Qué nos está quedando a deber? ¿qué no ha hecho? ¿por qué tanto temor?
Acaso ya ve venir el encono social, que conducirá con sabiduría al próximo gobernante –ojalá que joven y preparado- a aplicar la ley contra los corruptos que dejarán el gobierno, entre ellos el mismo Gabino Cue.
Está echando a remojar sus barbas porque las raterías y excesos de otros pillos, como el ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, y Reynoso Femat, ex de aguscalientes, serán castigadas con prisión.
El señor Gabino Cue, lo digo como ciudadano indignado, es un corrupto, falto de ética, frívolo y corrupto.
Hoy solo apelo a que la justicia, que se encuentra mancillada, renazca de sus propias cenizas y la emprenda con todo su rigor contra un mentiroso profesional, y experto en corruptelas.
Agradezco tu atención, apreciado amigo.
Son las palabras de un oaxaqueño enterado y critico, cómo quisiéramos que en Oaxaca hubiera mas.
