- El largo brazo de Morena
- La línea no ha muerto
Tomás Ezequiel Toledo
Las diferencias entre el magisterio nacional y el gobierno federal parecían haber terminado en 2019, cuando el Congreso de la Unión aprobó la derogación de la “reforma educativa” de Enrique Peña Nieto, con las concesiones que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hizo a los profesores.
Hay, sin embargo, un tema que ha comenzado a avivar la desconfianza y críticas entre algunas secciones del magisterio como la de Michoacán y las de Quintana Roo, Yucatán y Campeche, que han cuestionado la imposición de la denominada “ley marco” que la Secretaría de Educación Pública envió a los congresos de los estados, de manera soterrada y aprovechando que la atención en estos meses se ha concentrado en la pandemia.
Es, para más señas, una reedición de la línea que tanto se aplicó en el pasado priísta y del que la oposición se quejaba cuando era oposición. En cambio ahora…
El escándalo por el machote que se envió a las legislaturas de los estados creció a grado tal que la presidenta de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Adela Piña Bernal, militante de Morena, envió a los congresos una copia de la carta que, a su vez, le dirigió al coordinador de los diputados del Partido del Trabajo, Reginaldo Sandoval, quien hace dos semanas denunció la maniobra de Esteban Moctezuma Barragán, secretario de Educación.
la Ley de Educación
Según la maestra Adela Piña fue ella quien, junto con el presidente de la Comisión de Educación en la Cámara de Senadores, Rubén Rocha, también de Morena, confeccionaron el contenido de la ley, en acuerdo con Esteban Moctezuma.
Siempre según la versión de Adela Piña, ambas comisiones realizaron foros abiertos en los estados para conocer la opinión de maestros, padres de familia y expertos.
En el escrito, Adela Piña afirma:
“En coordinación con la Comisión de Educación del Senado de la República y con la propia Secretaría de Educación Pública nos permitimos proponer un proceso de colaboración institucional entre los distintos poderes y ámbitos de gobierno, para lograr la armonización de las legislaciones locales con el Artículo 3o. Constitucional y sus leyes secundarias”.
Tal proceso “consideró la realización de encuentros regionales en los cuales ciertamente se presentó una propuesta de ley marco a efecto de que las legislaturas, así como las autoridades educativas locales, la pudieran conocer y retomar de ella lo que, en su caso, consideraran pertinente y apropiado”.
Es en ese sentido que la maestra Piña sostiene que “jamás se pretendió imponer (la ley) puesto que somos total y absolutamente respetuosos de la soberanía de las entidades federativas, sin dejar de mencionar que si bien dichas entidades gozan de autonomía para la toma de decisiones de gobierno en su ámbito de competencia, su legislación debe de estar en completa concordancia con la legislación federal, para así conservar su validez y vigencia”.
Para Adela Piña, la materia educativa obliga a la federación, estados y municipios “a unir esfuerzos, recursos y voluntades para hacer frente a los diversos problemas que afectan el adecuado ejercicio de este derecho que debe ser en efecto la herramienta primordial para alcanzar el bienestar de todas las personas”.
Aunque la legisladora expresa su “total y absoluto respeto” a los diputados de los 31 estados y la Ciudad de México, quienes según ella “de manera comprometida, responsable, libre y soberana han iniciado el proceso de armonización de su legislación en materia educativa”, lo cierto es que algunos congresos, como el de Baja California y el de Puebla lo único que hicieron fue copiar y pegar el texto que les envió Esteban Moctezuma.
Precisamente fue la “ley marco” del funcionario, de la diputada y del senador de Morena, que se aprobó sin cambiarle una coma la que provocó en los días recientes una controversia por la forma en que está redactada la inclusión de los colegios privados al sistema educativo estatal, cuando se interpretó que ello implicaría la anexión de las escuelas de enseñanza particular al público de la entidad.
En cambio, Adela Piña considera que la armonización de la Ley General de Educación con la “ley marco” -concepto que no existe en el sistema legal mexicano- contribuye a “fortalecer el federalismo educativo, para de esta forma cumplir con los principios, fines y criterios de la educación, reconociendo las particularidades de los contextos locales y regionales del país, a partir de la corresponsabilidad social que debe de existir en el proceso de construcción de saberes”.
No hay tal distinción regional en el documento de marras. Lo único que propone es cambiar la denominación de los estados y el gentilicio de cada uno. Esto es, en la “ley marco” solo dejaron vacío el espacio donde se debe poner el nombre del estado y los gentilicios respectivos.
Aunque se trata de una burla reedición de la línea que se da desde el poder central federal, Adela Piña sostiene que el Congreso de la Unión “ha sido y será siempre respetuoso de la soberanía de las entidades federativas, y en ese sentido lo que nos debe de interesar es colaborar en el ámbito de nuestra competencia y responsabilidad, para que este importante y trascendente proceso de armonización normativa, tenga por resultado el que podamos contar con un marco constitucional y legal tanto federal como local eficiente, eficaz y confiable, para alcanzar el objetivo de contar con una educación con equidad y excelencia que son los pilares de la ‘Nueva Escuela Mexicana’”.
RELEVO VIRTUAL EN EL PRI ESTATAL
El empresario Eduardo Rojas Zavaleta y Zuleyma Morales Valenzuela se convirtieron en la primera dirigencia del PRI en una entidad que toma protesta de manera virtual.
El viernes, mientras el país se mantiene a resguardo por la pandemia de coronavirus, Rojas Zavaleta y Morales Valenzuela asumieron la presidencia y secretaría general del tricolor vía Internet.