Política confesable


Recorte de 40 mil millones a Oaxaca

Bajo presión, el primer año de Alejandro Murat

Gabino Cué desapareció 500 mil millones

Tomás Ezequiel Toledo

Desde el Ejecutivo federal ya se alertó que el próximo año no será de bonanza. La época del “barril sin fondo” del que se habló el jueves en Michoacán es, en efecto, un tema del pasado.

Para Oaxaca, sin embargo, el panorama es uno de los más oscuros que se pueda esperar, sobre todo porque el gobierno de Gabino Cué vivió la etapa de las “vacas gordas” y su despilfarro hereda para 2017 la de las “vacas flacas”.

De ahí que el gobernador electo, Alejandro Murat Hinojosa, pidió a los diputados federales por Oaxaca formar un bloque para defender el presupuesto del estado, sobre todo porque el recorte para el primer año de su administración se estima en 40 mil millones de pesos.

Se trata de un mega recorte, que sin duda afectará áreas claves de la administración oaxaqueña, y que tendrá su principal impacto en los más pobres, en un estado que se ubica en los últimos lugares de ingreso, alimentación, salud, educación, infraestructura y comunicaciones.

El exhorto, hasta ahora, no ha tenido eco en los diputados federales de oposición –de los que no se espera una respuesta, habida cuenta el golpe que les significó perder el gobierno del estado-, pero tampoco en los del PRI.

De los 500 diputados federales, 20 corresponden a Oaxaca. De éstos, 9 son del PRI y ninguno de estos ha levantado la voz en la Cámara de Diputados para secundar el exhorto que hizo Murat Hinojosa para que no se olviden de su estado.

Es conocido quiénes son los diputados priístas por Oaxaca, pero he aquí la lista para recordar sus nombres: David Aguilar Robles (Ulisista), Antonio Amaro Cancino (ulisista), Mariana Benítez Tiburcio (ulisista), Cándido Coheto Martínez Vitálico (ulisista), Edith Yolanda López Velasco,  Álvaro Rafael Rubio, Carlos Sarabia Camacho (ulisista), Yarith Tannos Cruz (ulisista) y Óscar Valencia García.

Era para que a estas alturas, esos nueve ínclitos personajes hubiesen convocado al menos a una conferencia de prensa, porque el tamaño del recorte no puede pasar desapercibido.

Ya Murat Hinojosa sostuvo que ante la crisis económica que enfrentará el estado se requiere la solidaridad y sensibilidad de la Federación y de todas las fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados.

“Esto  será fundamental para que el gobierno y todos los oaxaqueños puedan superar las precarias condiciones en que se encuentra el estado”, agregó.

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Al recorte se suma la deuda de 14 mil millones de pesos que hereda Gabino Cué, el doble de la que dejó Ulises Ruiz Ortiz, que a su vez la había incrementado en 6 mil 500 millones de pesos.

En los seis años de esta administración, Gabino Cué habrá recibido transferencias por 510 mil millones de pesos –monto apenas por debajo del total de la deuda total de las 31 entidades del país y la Ciudad de México-, a razón de 85 mil millones de pesos al año.

El hecho escandaloso es que no se sabe dónde está esa fortuna, que habría sido suficiente para dar un impulso inigualable a la economía del estado, a la superación de la pobreza, la atención médica, el respaldo a los estudiantes oaxaqueños.

Y, sin embargo, no hay un sólo hospital nuevo, ni una cama adicional, ni una sola escuela más, ya no digamos otra universidad, ni una sola carretera –bueno, ni siquiera un camino rural nuevo-, y una de las principales obras de infraestructura vial de Oaxaca, la carretera al Istmo, tendrá que ser concesionada, luego de que la entidad ha invertido aproximadamente mil millones de pesos al año en esa vía.

Como se ha insistido, todavía Gabino Cué quiere que se le entreguen otros 2 mil 500 millones de pesos, vía una transferencia autorizada por la Secretaría de Hacienda, debido a que las nuevas disposiciones legales impiden a un gobernador solicitar nuevos créditos cuando falten tres meses para cumplir su mandato.

Hasta ahora, las investigaciones federales por desvíos de recursos se han enfocado en dos ex gobernadores: Guillermo Padrés Elías, del PAN, y Javier Duarte de Ochoa, del PRI.

Sin embargo, no se conoce una sola denuncia en contra de Cué, a pesar de que hay indicios firmes respecto de cómo se desviaron miles de millones de pesos del erario, y algunos de los programas de esta administración, como la atención a discapacitados y las cocinas comunitarias no existen más que en el papel.

Sólo se utilizaron para justificar la salida del dinero. Las cifras se han inventado para cuadrar la comprobación del gasto, y ha pasado desapercibido para todos los actores que la Auditoría Superior de la Federación ha logrado documentar irregularidades por 10 mil millones de pesos, entre 2010 y 2014.

Gabino Cué no sólo no gobernó –los hechos diarios lo demuestran- sino que tampoco desarrolló a Oaxaca. Se quedó con el cambio, no sólo visto como transformación política, sino también con la vertiente monetaria.

Su paso por el palacio de gobierno y el desastre económico con el que deja a Oaxaca no debe quedar sin sanción.

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