Pendientes de un sexenio


Plutarco Elías Calles
  • Los mandatarios mexicanos más odiados e ineficaces.
  • Violencia y corrupción, sello de gobierno que termina.
  • Inseguridad, tema sin solución en  recientes sexenios.
  • Manuel Clouthier y Luis H. Álvarez,  sus estrategias .
  • Los Bárbaros del Norte, estrategias, logros ¿y futuro?

 

Alberto Vieyra Gómez/AMN

¿Cuáles han sido los presidentes de la república más vende patrias y odiados? ¿Quiénes han sido los presidentes más asesinos de México? ¿Es Peña Nieto el campeón nacional en corrupción?

Vaya demoledoras preguntas que me hacen mis tres lectores y radioescuchas y con gusto doy respuesta:

Sin duda que el presidente más asesino de México es sin duda el chacal Victoriano Huerta Márquez, de origen Huichol que asesino a más de 1 millón de mexicanos durante la segunda etapa de la Revolución Mexicana tras haberles quitado la vida al presidente Francisco I. Madero, al vicepresidente José María Pino Suárez, además al ínclito senador chiapaneco Belisario Domínguez. Entre muchos otros notables.

Victoriano Huerta

En segundo lugar, figura la oligarquía sonorense encabezado por Plutarco Elías Calles, Álvaro Obregón Salido, Benjamín Gil y Abelardo L. Rodríguez quienes se despacharon al otro patio a 830 compatriotas comenzando por el presidente de la república Venustiano Carranza Garza. En la lucha por la silla envenenada, es decir, por la silla presidencial a Pancho Villa y Emiliano Zapata. Solito con sus esbirros Álvaro Obregón asesino a más de 500 incluyendo a su compadre, el general Francisco Serrano. Y como “el que a hierro mata a hierro muere” Obregón Salido caería bajo la descarga asesina de la iglesia católica y José León Toral, aunque no pocos estudiosos dan por hecho de que su asesino intelectual fue el fundador del PRI, Plutarco Elías Calles.

En tercer lugar, entre los presidentes más ineficaces de México figura el ex presidente panista, Felipe Calderón Hinojosa, cuya desastrosa decisión de haber declarado la guerra a la delincuencia, por órdenes de Estados Unidos, llevaría a la nación azteca a otro baño de sangre y a él se le atribuyen más de 121 mil 683 muertes violentas, aunque los halcones de Washington hablaron de más de 200 mil asesinatos dolosos y de “un Estado fallido” pues durante su sexenio los crímenes aumentaron del 8 al 18 por ciento, según el Secretariado Nacional de Seguridad Pública.

Y en el cuarto ligar figura Enrique Peña Nieto, que durante su gobierno se registraron con 114 mil 61 muertos.

Pero fue el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa el crimen de Estado que le partió la columna vertebral al régimen Peñista y le dio en toda la torre a todas las instituciones nacionales. En suma, el pendiente número uno es que Peña Nieto no pudo darle al país la tranquilidad, la paz ni el bienestar prometido en la campaña electoral.

Álvaro Obregón

 VIOLENCIA Y CORRUPCIÓN

El sexenio de Enrique Peña Nieto queda marcado por los peores lastres de la vida pública nacional: la violencia imparable; la corrupción desde la mismísima Institución presidencial y su primer círculo familiar “La Casa Blanca”; las riquezas del país dilapidadas; el detrimento de los derechos fundamentales y, en fin, de todo aquello que es negocio al amparo del poder.

Los rancheros allá en mi tierra son muy lapidarios pues definen al sexenio de Peña Nieto apodado el “Toluquitas” como el fin de la era de la basura que se sirve de los demás.

Felipe Calderón Hinojosa

UN BÁRBARO DESAFÍO

¡Vuelven los bárbaros del norte y más bárbaros que nunca! Ahora, buscan llevar a su redil al autoproclamado régimen de la cuarta transformación de México.

En 1986, el exdirigente empresarial Chihuahuense Luis H. Álvarez le arrebataría al PRI por primera vez en su historia la Alcaldía de Chihuahua, después de haber participado fallidamente para obtener la gubernatura del Estado más grande del país y la silla presidencial ante Adolfo López Mateos. Bajo el argumento de que los presidentes de la república de extracción Priista se clavaban los presupuestos de la Alcaldía de Chihuahua, Luis H. Álvarez iniciaría una “huelga de hambre que duro 40 días” y encabezo “una caravana con muchos bárbaros del norte” desde Chihuahua hasta la Cuidad de México. Cada que se decían robados electoralmente, los bárbaros del norte estrangulaban carreteras y llevaban a cabo rebeliones en puntos neurálgicos para causarle meya a la economía del país y doblegar al PRI. ¿Y sabe qué? ¡Lo lograron!

El ejemplo de Luis H. Álvarez sería retomado, en 1988 por otro bárbaro del norte llamado Manuel del Jesus Clouthier del Rincón otro empresario neo Panista que estaba furioso porque José López Portillo estatizó la banca y juro que los empresarios tomarían por asalto el gran poder político de México. ¡Y lo tomaron!

¿Por qué hago historia? Mire usted, otra vez los presupuestos y el ponzoñoso presidencialismo centralista vuelve a unir a los bárbaros del norte en contra del régimen de Andrés Manuel López Obrador, quién les advierte que: NO se doblegará ante sus chantajes. Que no aceptará bailar al son que le toquen los bárbaros del norte, mientras el Senador Guerrerense Félix Salgado Macedonio los amenaza con la desaparición de poderes en los Estados.

Panistas que sean rebasados por la violencia. “Diálogo sí vamos a tener con ellos, pero no vamos a ser su rehén, no caeremos en el chantaje”. Eso dice el ciudadano presidente, pero la verdad es que el enemigo político no es de poca monta y así como le causaron meya al PRI, seguro está, que se la causarán a López Obrador.

Enrique Peña Nieto

LA FIGURA DE LOS SÚPERDELEGADOS

Y es que los gobernadores panistas, a los que se agregado el gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro no quieren saber nada de la demagógica y falsa “austeridad republicana” de López Obrador y menos que sus “virreyes” llamados delegados generales conviertan a los mandatarios estatales en meras figuras decorativas o sus gatones.

López Obrador quiere que esos delegados sean los que partan el queso en todos los órdenes, incluyendo el combate a la delincuencia con la consabida violación a la Autonomía Estatal y al Pacto Federal.

Por cierto, Jalisco y el Estado de México son dos casos emblemáticos, en los que los súper delegados de AMLO serán los ex contrincantes políticos de Enrique Alfaro y del ya desgobernador mexiquenseAlfredo del Mazo, Carlos Lomelí y Delfina Gómez y por lógica se espera que éstos teniendo el sartén por el mango recurran a las venganzas políticas.

No hay duda que, López Obrador ya enfrenta a un bárbaro desafío. Su programa de “austeridad republicana” parece estar condenada al fracaso. ¿Con chantajes o sin ellos los bárbaros del norte y compañía doblegarán al Peje como sometieron al PRI?