Oaxaca, la barbarie política del Sur


Lo advirtió el magisterio oaxaqueño, la elección 2015  fue una farsa.

Estefan  Garfias ganó en Tehuatepec curul para el PRI con siglas del PRD

Alejandro Moguel

Si del centro hacia el norte del país se vio un avance democrático con la postulación de candidatos independientes, en el sur hubo serios retrocesos y especialmente Oaxaca, fue la expresión de la barbarie política.
Discrepo de las autoridades electorales y gubernamentales que hablan de un proceso democrático limpio y ejemplar. Con pena, veo un escenario de violencia, de vacío de poder. Más allá, el regreso de un PRI que dañó a los oaxaqueños sin que hayan sido resarcidos los agravios es el peor retroceso que podemos ver.
El saldo del proceso electoral reciente es negativo. Tan sólo en las personas que recibieron su constancia de mayoría podemos notar una pobreza de la clase política, que sobre la gran mayoría, se beneficia de la beligerancia del magisterio.
El PRI oficialmente tuvo 7 distritos electorales federales ganados, pero en realidad no fueron los únicos. Retomando la muy trillada frase del magisterio: fue una farsa.
De los cuatro distritos que ganó, entre comillas, el PRD, solo en Oaxaca de Juárez puede decirse que lo hizo. En el distrito de Santa Lucía del Camino, con Eva Diego, una rancia priista que tuvo el apoyo de Benjamín Robles, a quien vinculan sentimentalmente con la hija, actual diputada federal por el PRD. Es un engaño pues, ganó el PRI con las siglas prestadas del PRD, tan sólo por cumplir una obsesión personal de llevar al Congreso de la Unión a tan deplorable personaje que no tenía más mérito que el saber aplaudir desde su posición de priista.

MOGUEL CANDIDO  COHETO
Qué decir del distrito de Tlaxiaco, donde la diputación estará manchada de sangre. Sergio López Hernández, ahora bajo el cobijo del PRD, también tiene un pasado priista y está claramente vinculado al ex gobernador Ulises Ruiz; tanto que dicen que fue quien operó parte de la estructura con tal de echarse a la bolsa ese distrito y ganar por él una mini batalla dentro del PRI, con el grupo que respaldó al beodo de Heliodoro Díaz.
Y la perla de la corona es el distrito de Tehuantepec, un proyecto político truncado hace años que ahora quieren revivir. José Antonio Estefan Garfias quiere la revancha de cuando se quedó en el camino a la gubernatura y para eso vendió su alma al diablo.

Fue público, porque así lo quiso Ulises Ruiz, el encuentro con Jorge Castillo y Alberto Esteva, otro de los incondicionales de Gabino Cué. En política ningún encuentro es casual y dicen los que quieren mostrar un supuesto poder de Ulises, que ya no ejerce por supuesto, que el acuerdo fue entregar Oaxaca, acuerdo en el que participó Carol Antonio Altamirano, pariente político de Diódoro Carrasco.
En Tehuantepec tampoco ganó el PRD, la posición que obtuvo José Antonio Estefan Garfias fue por mucho una curul para el proyecto de ese grupo priista que recuperó el gobierno con Gabino Cué y que ahora tratarán de empujar para seguir conservando el manejo del presupuesto.
Es inaudito que la única posición del PRD, a través de una candidatura ciudadana, fuera moneda de cambio para quedar bien con Ulises Ruiz.
La recomposición de grupos del pasado y acomodo de fuerzas para lo que viene quedó dibujado en este proceso. Y por si fuera poco, Diódoro Carrasco, Gabino Cué y Gerardo Gutiérrez Candiani, aparecieron juntos en la casilla de San Felipe donde emitieron su voto. Benjamín Robles quedó, en automático, fuera de este proyecto, en el que tienen al PRD como ariete para sus intereses.
Por eso opino que fue un retroceso, porque en esa desmemoria del pueblo oaxaqueño, volvieron a votar por Ulises Ruiz a través de sus candidatos, los más en el PRD. El sátrapa presume triunfos también en Juchitán y Pinotepa Nacional. Yarith Tannos, pareja sentimental del funcionario de Sedesol de apellido Lastiri y Carlos Sarabia. Por si algo faltara, los demás candidatos, ahora diputados electos, serán la vergüenza misma de los oaxaqueños.

MOGUEL   EVA DIEGO
Miahuatlán la obtuvo Óscar Valencia. Bien que le sirvió el teatro montado por la Sección XXII y el FPR en la cabecera distrital para llegar al Congreso, al que dicen financió para tratar de obtener más ventaja sobre el resto de los contendientes.
Álvaro Rafael Rubio, en el distrito de Teotitlán, es un triunfo con tufo ulisista, aunque ha sido un saltimbanqui de la política y no aportará nada en el Congreso. Bien haría el Tribunal Electoral en anular esa elección que fue a todas luces ilegal e ilegítima, en ese distrito se instaló apenas el 25% de las casillas y los votantes estuvieron en todo momento amedrentados por el magisterio.
Tan bajo nivel tendrá la próxima camada de diputados oaxaqueños que de Antonio Amaro Cancino (Tuxtepec) y Cándido Coheto (Tlacolula) no se habla más que de sus antiguos amoríos, independientemente del grupo político al que pertenece cada uno. Si no es eso una barbaridad, dígame cómo se llama esta tragedia oaxaqueña.
Fue una gran farsa: ninguno, no hubo un sólo integrante del magisterio o de organización social que confrontara a Ulises Ruiz mientras se placeaba por Oaxaca de Juárez o Juchitán para operar la elección. Estuvo en Oaxaca con la impunidad que le ha dado Gabino Cué y tejiendo supuestos amarres para la elección de 2016. Ya movió alguna de sus piezas, en el PRI, el PRD y otros partiditos. Sería una pena, una grandísima pena, que ese PRI, así como lo hizo en este proceso electoral federal, tuviera alguna posibilidad de recuperar el poder en la elección que viene.