La Tía Justa: Buena suerte


Regresa Elba Esther Gordillo

Adrián Trejo

La próxima semana que nos leamos, queridos sobrinos y sobrinas, ya habrá nueva administración en el país.

La campaña presidencial que, como ocurrió con Felipe Calderón, polarizó a nuestro México lindo y querido y los meses subsecuentes a la elección de Andrés Manuel López Obrador como de algunos de sus pre funcionarios avivaron el fuego de la división.

Pero México es sólo uno.

López Obrador tiene que entender que ya no gobernará solo para los 30 millones de mexicanos que votaron por él, sino para una población que anda rondando los 130 millones de personas.

No caigamos en la cuenta simplona de que sólo 30 de 130 millones de mexicanos quieren al Prejidente y el resto no; esas son cuentas de cuatrero.

Independientemente  de quien haya votado por sus propuestas, todos los mexicanos deberíamos desear que le fuera bien al nuevo gobierno.

Obras del NAICM

Ya se, no me tachen de chaira.

Yo no voté por el tabasqueño; considero que su visión de país constituye una regresión política y económica y retoma los vicios más criticados al PRI –un minuto de silencio por el difunto-, centraliza el poder en una sola persona y utiliza al Congreso como una sastrería para confeccionar leyes a la medida.

El único contrapeso real que subsiste son los medios de comunicación y el Poder Judicial representado por la  Suprema Corte de Justicia de la Nación, que ha recibido embates –y críticas por fifís- como nunca se había visto.

Con todo ello y con esas reculadas históricas de López Obrador que han generado histeria en sus fanáticos, todos debemos desearle buena suerte al nuevo presidente.

No se trata de acomodarse –para que no me estén jodiendo-, ni de bajarse los breeches, sino de asumir que si al Presidente le va mal, al país le irá peor.

Sí hay que cuestionar, sí estamos en nuestro derecho de decir lo que no nos parece; tampoco se trata de servirle el tapete.

López Obrador es y será nuestro empleado; vivirá de nuestros impuestos por muy demócrata que sea o parezca y por tanto tenemos el derecho de exigir que se hagan bien las cosas.

Un país no se inventa cada seis años, pero lo que hemos visto en estos meses de una larga transición es el tabasqueño no quiere cambiar el sistema político o el económico, quiere cambiar la República.

Andrés Manuel López Obrador

CONGRESO A SU SERVICIO

No estamos de acuerdo en que se pase por donde no le da el sol las leyes para disfrazar sus ilegales consultas; no estamos de acuerdo en el servilismo abyecto del Congreso, convertido en su chacha.

No estamos de acuerdo en la división que día a día generan sus declaraciones, así como algunos otros sectores que no votaron por él.

No estamos de acuerdo con la cancelación del proyecto del aeropuerto en Texcoco y miren que no soy ni constructor ni tengo bonos ni pagan para publicitar el fracasado proyecto.

Juan Díaz de la Torre

No estoy de acuerdo por la sencilla razón de que se han echado al drenaje más de 100,000 millones de pesos por un capricho que, además, le han costado al país varias decenas de miles de millones de dólares más por la depreciación de las acciones de las líneas aéreas y los grupos aeroportuarios del país.

NO estuvimos de acuerdo en que se dejara sin trabajo a 46,000 trabajadores del proyecto de Texcoco y se cancelara la posibilidad de que otra cifra igual o mayor accediera a un empleo una vez concluida la obra.

Santa Lucía luce tan lejano como que el hombre llegue a Marte; el proyecto no tiene ni pies ni cabeza y ojalá no tenga futuro.

Es un despropósito.

Pero con todo ello, sobrinos y sobrinas, yo su tía preferida –negra el que diga que no-, le deseo buena suerte al nuevo gobierno y a su equipo.

Hace una semanas leí por ahí en algún lado que desear que le vaya mal a López Obrador es como desear que se infarte el piloto del avión en el que viajan tú y tu familia.

Así, más o menos.

Yo quiero que le vaya bien. Que nos vaya bien.

Trabajos suspendidos del nuevo aeropuerto

YA CHOLE CON ELBA ESTHER

Elba Esther Gordillo recuperará por sí o por interpósita persona el control del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

La maestra una vez quitado del camino Juan Díaz de la Torre como presidente del SNTE, la puerta se abrió para que en un Congreso Extraordinario, a través del voto secreto y directo y ya no a mano alzada, los delegados magisteriales decidan quién será próximo pastor.

No se sabe si la profesora se presentará personalmente el día de la votación o dejará a un patiño y ella mantendrá el control total pero por fuera.

Como sea, Elba está de regreso y nadie lo podrá impedir.