La Independencia de México


Esclavitud, miseria, desigualdad y opresión, entre las causas. 

El movimiento de liberación se gestó en España en 1808; el hambre propicia todo.

Fray Melchor de Talamantes, Azcárate y Primo de Verdad, primeros padres de la patria.

 Agencia Mexicana de Noticias

Parece que fue ayer, pero ya se cumplen 205 años de que el oprimido pueblo de México se sacudió las cadenas de la esclavitud española.

De los casi 6 millones de habitantes que existían en México, tan sólo en la capital de la Nueva España había, según el geógrafo alemán Alexander von  Humboldt, más de 30 mil parias hambrientos y harapientos.

¿De qué es capaz un pueblo hambriento? ¡De todo!

Había más de 10 mil esclavos, en su mayoría mineros. La tierra estaba en manos de 2 mil 700 terratenientes, particularmente la Iglesia católica.

La miseria era ya insostenible y el colapso era inevitable.

¿Cómo empezó la Independencia de México?

Aunque usted no lo crea se gestó en España. En el mes de marzo de 1808, las tropas de Napoleón Bonaparte Ramolino entrarían incontenibles a España. Esa nación no contaba con ejército y sería el nacionalismo del pueblo español el que más tarde derrotaría a Napoleón El Grande.

El rey Carlos IV se preparaba para abdicar la corona en favor de su hijo Fernando VII. Pero en el mes de abril, tanto éste como su padre huían como viles cobardes de España para refugiarse en la frontera francesa. La cabeza del imperio de la cristiandad había caído.

Carlos y Fernando abdicaban en favor de Napoleón, que automáticamente se convertía en el rey de España y de sus colonias en América.

Ante el descabezado imperio, sería el pueblo español el que el 2 de mayo iniciaría la resistencia en Madrid contra las fuerzas invasoras napoleónicas.

Napoleón pone a su hermano José Bonaparte como el nuevo papas fritas de la monarquía española. ¡Poco le duró el gusto!

Los ciudadanos en todas las provincias españolas se darían a la tarea de conformar juntas para preservar la soberanía de la nación y liberar al país de los invasores franceses.

la independencia  Francisco Primo de Verdad y Ramos

TERMINAR CON TRES SIGLOS DE OPRESIÓN

En América, la caída de la monarquía española se convirtió en una imparable ebullición social que quería sacudirse 300 años de yugo español.

A partir de aquí, se forman dos corrientes políticas o partidos, el europeo que buscaba a toda costa que todo siguiera igual y el partido de los criollos letrados mexicanos, liderado por Fray Melchor de Talamantes, Francisco Primo de Verdad y Francisco de Azcárate, que buscaban cambiarle a México hasta el modito de andar a partir de la elección de criollos en los ayuntamientos y acabar con la tiranía, corrupción e impunidad, implantada por los espanófilos.

Sí, en esencia, serían Fray Melchor de Talamantes, Azcárate y Primo de Verdad los primeros padres de la patria.

Entre 1808 y 1810, tan sólo en Valladolid, hoy Morelia; Guadalajara; Ciudad de México; y otras poblaciones, se produjeron un total de 108 intentos de levantamientos armados por la Independencia.

¿Pero sabía usted que además del cura Hidalgo, serían más de 200 curas criollos los que iniciaron la liberación de México de la tiranía española?

la independencia  Melchor de Talamantes

TEMOR ANTE EL SANTO OFICIO

Más de 200 curas criollos letrados serían los artífices de la Independencia de México.

Entre los criollos nacidos en la Nueva España y los europeos de sangre azul había un declarado antagonismo. Y es que los espanófilos eran los que partían el queso en el Ejército, el Gobierno y la Iglesia católica que en ese entonces ostentaba el gran poder político, económico, y para castigar a los herejes tenía como instrumento al Santo Oficio.

Cualquiera que poseyera algún libro prohibido era llevado a la hoguera acusado de hereje y su fortuna pasaba automáticamente a la riqueza de la mitra.

El caso de Sor Juana Inés de la Cruz, la primera feminista de América, fue único, pues poseía más de 4 mil libros prohibidos en el claustro por los cuales su tío había pagado más de 500 pesos para que no fuera molestada. Pero al morir, en 1694, serían confiscados por el alto clero.

Sin embargo, tras la caída de la Monarquía española, en marzo de 1808, la Nueva España se convirtió en un avispero sediento de libertad.

Los curas criollos serían los primeros en tronar contra el yugo español.

El cura peruano, Fray Melchor de Talamantes, prendería la hoguera libertaria con sus ideas filosóficas que serían adoptadas por otros criollos letrados del Ayuntamiento de la Ciudad de México, encabezados por Francisco Primo de Verdad y Francisco Azcárate.

Así que estos tres ilustres personajes se convertirían, en rigor, en los primeros padres de la patria.

la independenica  josefa ortiz de dominguez

CURAS VALIENTES

Más de 200 curas le entrarían más tarde a la bola, entre ellos José María Teclo Morelos Pérez y Pavón y Miguel Gregorio Antonio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor.

Los españoles del partido europeo se revelarían el 15 de septiembre de 1808 contra el endeble e inepto virrey, José Joaquín Vicente de Iturrigaray y Aróstegui de Gaínza y Larrea, y le darían un golpe de Estado, encabezado por le terrateniente Gabriel del Yermo, poniendo en su lugar a Pedro de Garibay, que debería sortear la crisis política y social en tanto regresara Fernando VII, quien había huido como cobarde de España, tras la invasión napoleónica.

¡Ardía la Nueva España!

Pedro de Garibay, un soldado sanguinario español, ejercería la tiranía con mano dura. Mandaría a prisión a los primeros libertadores Primo de Verdad, Talamantes y Azcárate, y enviaría al destierro al abogado dominicano Jacobo de Villaurrutia.

A partir de estos acontecimientos proliferarían en el país los intentos de levantamientos armados y las conspiraciones.

Entre 1808 y 1910 se produjeron 108 intentos de levantamientos armados, la mayoría en Valladolid, Guadalajara y otras regiones de México.

¿Cómo fue descubierta la conspiración de Querétaro?

la independencia  juan francisco Azcarate y Ledesma

TRAIDORES COMO EN TODAS PARTES

En 1808 y tras la caída de la monarquía española, la llamada Nueva España se convirtió en un avispero sediento de libertad.

La reflexión de los enciclopedistas y criollos letrados mexicanos era que “en ausencia del rey, la nación recobra inmediatamente su potestad legislativa, como todos los demás privilegios y derechos de la Corona”.

Sí, Fray Melchor de Talamantes, un cura de origen peruano, se convertiría en el primer religioso que abrazó la causa independentista de México. Daba cátedra en materia de tesis filosóficas sobre la libertad de los pueblos.

Ese mismo año, con los seudónimo de Yrsa y Toribio Marcelino Fardanay, escribió dos discurso filosóficos dedicados a los integrantes del Ayuntamiento, encabezados por Francisco Azcárate y Francisco Primo de Verdad, en los que Talamantes consideraba que “el pueblo debe tener una representación nacional mediante un congreso y la sociedad tiene derecho a ser libre e independiente de cualquier otra nación”.

Esas ideas libertarias en aquella época merecían la hoguera del Santo Oficio.

En 1809, Melchor de Talamantes sería la segunda víctima de coloniaje, pues sus ideas estaban incendiando a la Nueva España. Un año antes, Francisco Primo de Verdad había sido aprendido y asesinado.

Francisco Azcárate salvaría el pellejo de milagro y le tocaría vivir los primeros años del México independiente.

En rigor, Fray Melchor de Talamantes, Primo de Verdad y Azcárate se convertirían en los primeros padres de la patria.

A partir de 1808, en la Nueva España se conspiraba en todas partes. ¡Había sed y hambre de libertad!

 

INNUMERABLES BROTES ARMADOS EN BREVE LAPSO

Un total de 108 levantamientos armados se produjeron entre 1808 y 1810.

A los conspiradores no se les daba tregua a pesar de que lo hacían en la clandestinidad.

Las primeras conspiraciones planeaban un levantamiento armado nacional que estallaría en San Juan de los Lagos, Jalisco, pero los sanguinarios esbirros del Ejército virreinal olfateaban cualquier rincón donde conspiraban.

Disfrazadas de tertulias literarias, el corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez, y su esposa, Josefa Ortiz Girón, reunían en su casa a militares, curas, encabezados por Hidalgo, miembros de la guardia de la reina, ricos comerciantes y hasta funcionarios virreinales para hablar de la Guerra de Independencia que se pensaba estallar inicialmente el 3 de octubre de 1810.

Pero como nunca faltan los traidores, serían el presbítero José María Sánchez y los comerciantes Epigmenio y Emeterio González los que denunciaron la Conspiración de Querétaro. Daba inicio la cacería de insurgentes.

¿Sabía usted que con tres golpes de tacón doña Josefa Ortiz Girón alertó a los insurgentes sobre la traición?