La Guerra Cristera


Varios sacerdotes fueron fusilados
  • Confrontación dejó más de 250 mil víctimas entre ambos bandos.
  • Mujeres y niños fueron inducidos a participar en la lucha armada.
  • Símbolos religiosos fueron utilizados; se extendió por todo el país.

Reportajes Metropolitanos

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Hace un mes un hombre hizo que el pueblo volviera a confiar en alguien. Y ese atisbo de esperanza, como hemos dicho siempre, podría convertirlo en realidad. Se le ha escuchado ofrecer. Prometer un cambio, tan necesario, en México.

Dejemos pasar los días. Y en un año, ojalá, los desatinos políticos en nuestro país, se olvidaran.

Como creen que también se olvidó lo de hace cincuenta años.

Por eso debemos invocar tiempos idos cruciales que también cimbraron nuestra conciencia. Por ejemplo la guerra cristera.

No tenemos duda alguna que hablar de los sucesos en nuestro país, a muchos trae reminiscencias. Y si la plática es con un conocedor, mucho mejor que nos ayude a recordarlo.

Le hemos pedido al doctor Fernando Calderón Ramírez de Aguilar, como tantas veces, nos auxilie e ilustre sobre la cristiada.

Lo que a la fecha no hacen en las escuelas. Añadimos nosotros.

Plutarco Elías Calles

ORIGEN DE LA CONFRONTACIÓN

La Guerra Cristera también llamada Guerra de los Cristeros o Cristiada, fue un conflicto armado en México que se prolongó desde 1926 a 1929 entre el gobierno y milicia de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resistían la ley Calles, que limitaba el culto católico en la nación.

La constitución mexicana de 1917, que establecía una política que negaba la personalidad jurídica a las iglesias, prohibía la participación del clero en política, fue promulgada por don Venustiano Carranza como producto de los movimientos revolucionarios de 1910.

Como su esencia viva, esta Constitución continua vigente aunque se ha reformado más de 200 veces.

En ese momento establecía una política que negaba la personalidad jurídica a las iglesias, prohibía la participación del clero en política, que desde 1853 el Benemérito implanto separar la iglesia del gobierno o estado. Privaba a las iglesias del derecho a poseer bienes raíces e impedía el culto público fuera de los templos. Algunas estimaciones ubican que durante este conflicto murieron 250.000, entre efectivos de las fuerzas cristeras y del Ejercito Mexicano.

Es prudente conocer algunos antecedentes de la Guerra Cristera.

Mujeres y niños en la confrontación

Con el ocaso de la “conciliación” porfirista en la primera década del siglo XX emergieron tendencias anticlericales que se expresaron durante la revolución en actos de violencia y una legislación restrictiva, fijada en la Constitución de 1917 y aun quizá un poco después de la partida de Don Porfirio en el Ipiranga

Vino después un periodo apacible durante los gobiernos de don Venustiano y del Caudillo Álvaro Obregón Salido, hasta el magnicidio de Obregón.

Lo perpetro José de León Toral en el restaurante la bombilla ubicado en San Ángel en la Ciudad de México –hoy monumento a Obregón– el 17 de julio de 1928 a las 14.20 horas, hora del centro de México, momento en que el sonorense iba a empezar su segundo mandato sobre el país.

El magnicidio marco un punto de inflexión importante sobre la política mexicana del siglo XX, las causas incluían intereses políticos de grupos anti reeleccionistas.

Debemos recordar que ya antes había tenido un atentado en el bosque de Chapultepec cuando se dirigía a una corrida de toros, por Luis Segura Vilchis, Juan Tirado y Nahun, Lamberto Ruiz, quien dispararon desde un carro Essex numero 10101 comprado a Roberto Pro Juárez, hermano de Agustín, cinco días antes.

Se considera que la lucha dejó 250 mil muertos entre ambos bandos

AGUSTÍN PRO, ÍCONO DEL TEMA

Este último era sacerdote –el Padre Pro– y oficiaba, según las autoridades civiles, actos en secreto respecto al magnicidio.

Unos veinte soldados procedieron a su arresto el 18 de noviembre en una casa donde se refugiaban temporalmente. Y el 23 de noviembre se difunde la noticia de que serán trasladados a los tribunales competentes, Agustín y Humberto Pro.

A pesar de no haber juicio alguno se da orden de ejecutar al sacerdote Agustín. Roberto Pro fue condenado a prisión por ser menor de edad y posteriormente exiliado a cuba.

La muerte de Agustín Pro se convirtió en un símbolo de la resistencia a las leyes anticlericales del estado y eso genero pánico que los grupos extremistas aprovecharon para difundir que Obregón no respetaba las leyes.

José de León Toral católico mexicano nacido el 23 de noviembre de 1900 en Matehuala, San Luis Potosí, fue miembro de la asociación católica de la juventud mexicana y de la liga Nacional para la defensa de las libertades religiosas.

Conoció a muchas personas afectadas por la Ley Calles- entre ellos a Roberto y Miguel Agustín Pro.

La presión anticlerical se intensifico con la elección del General Plutarco Elías Calles para ocupar la presidencia de la república. En 1925 con el apoyo de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) se creó la Iglesia católica y apostólica y quitan lo de Romana desde luego, dotándola de edificios, recursos y medios para romper con el Vaticano.

Con todos estos sucesos cómo no habían de formarse grupos sobre todo para oponerse a las medidas tomadas por la ley calles en las zonas más católicas en aquel entonces en el país.

Amas de casa tomaron las armas

MOVIMIENTO EXTENDIDO

En los estados de Guanajuato, Jalisco, Querétaro, Aguascalientes, Nayarit, Colima, Michoacán y parte de San Luis Potosí, al igual que Zacatecas y la Ciudad de México, y en la península de Yucatán creció un movimiento social que reivindicaba los derechos de libertad de Culto en México.

La dirigencia del movimiento cercana a los obispos Mexicanos, creyó posible una salida militar al conflicto.

En enero de 1927, empezó el acopio de armas.

Los niños de la guerra cristera

CAMPESINOS FUERON QUIENES INICIARON

Las primeras guerrillas estuvieron compuestas por campesinos. El apoyo a grupo armados creció. Y cada vez se unían más y más personas a las proclamas de ¡viva Cristo Rey¡ letrero que colocaban sobre la frente de su sombrero y ¡Viva Santa María de Guadalupe¡ lanzadas por quienes fueron conocidos como cristeros.

El origen del sustantivo cristero es disputado. Hay quien considera que fueron ellos mismos quienes utilizaron el nombre para identificarse pero el autor Jean Meyer dice que en realidad era una expresión despectiva usada por el gobierno federal, derivada de cristiano.

Los que se conocían como cristeros fueron capaces de articular rápidamente una serie de descontentos locales y aglutinar en torno suyo a grupos que por distintas razones a lo que ya para entonces se conocía como el “Grupo Sonora” nombre creado por el origen sonorense de los presidentes Adolfo de la Huerta, el futuro caudillo Avaro Obregón y Plutarco Elías Calles.

El padre Miguel Agustín Pro momentos antes de ser fusilado

UTILIZANDO SÍMBOLOS

A la Cristiada, como también se le conoce, logro el uso muy eficaz de símbolos religiosos profundamente arraigados en las prácticas colectivas en México como la virgen de Guadalupe.

La Guerra se inició en varios sitios uno muy importante fue el ocurrido en Valparaíso (Zacatecas) cuando el 14 de agosto de 1926 por la noche apareció don Pedro Quintanar, personaje muy importante en toda la lucha cristera.

Se preparó el levantamiento que Aurelio Acevedo y sus amigos tenían programado desde el primero de agosto, ya que el gobierno al saber de la presencia de Quintanar se movilizo más rápido.

Se realizó la movilización en Peñitas y Peñas blancas.

Quintanar entraba a combate el 29 de agosto en Huequilla al Alto (Jalisco).

Comenzó la primera lucha cristera en forma, y quedó como vencedora con el grito ahora triunfante de : ¡viva Cristo Rey! .

Los alzamientos siguieron en Jalisco, Nayarit, Guanajuato y Michoacán por el año de 1926. Luego casi la totalidad del centro del país.

El conflicto tuvo un carácter fundamentalmente rural aunque la dirección de la Liga fue eminentemente urbana.

Los cálculos más optimistas consideran que hasta 1927, las fuerzas cristeras, eran doce mil efectivos y dos años después, en 1929, habían alcanzado los veinte mil.

Semejantes números son dignos de consideración por varias razones.

craveloygalindo@gmail.com