La foto: El tiempo de la miseria, el tiempo del Tiempo, el tiempo de los derroches y el tiempo de los embargos


A fines de los años 90, era un reportero cuya especialidad fue cubrir la fuente policiaca, no daba para más… Tenía la corresponsalía de la empresa RASA y, sin amigos ni colegas, constantemente deambulaba por las calles de la ciudad capital… en las fiestas estatales, solía vestir con bermudas descoloridas y viejas chanclas, hasta que gracias a su simulación y oportunismo,

de pronto, se convirtió en “empresario” periodístico, de esta manera le llegó el dinero a manos llenas que gastó comprando un yate en Huatulco, una motocicleta, autos de lujo, así como varios bienes inmuebles en Oaxaca de Juárez y en algunas otras regiones del estado… Hoy, vive plácidamente y olvida un pasado de miseria… La siguiente fórmula jamás falla: su empresa donde se hace periodismo de verdad tiene un adeudo desde hace dos años con instituciones del gobierno federal, donde afirman que no hay otra salida que el embargo para que pague.

Mientras tanto, Don Wenceslao, vive como príncipe en tanto “su” diario está a la deriva financiera… Habría que ver nuevamente la película “De Mendigo a millonario” o “Entre pillos anda el juego” (así fue titulada en España), para entender la movilidad social de Don Añorve… Nos olvidábamos que la soberbia es el pecado favorito del Diablo… Sabía virtud de conocer el Tiempo.