Gran Angular: ¿Qué pasó en París y qué ocurre en Siria?


Raúl Rodríguez Cortés

No hay justificación alguna de la salvajada cometida el viernes 13 de noviembre en París. Acaso haya una explicación, siempre
desde el fanatismo desatado por la soberbia de quienes con sus bombas y ejércitos hacen valer sus intereses en tierra ajena, mediante una barbarie que tampoco se justifica y que sólo se explican quienes la cometen. Y cuando en esta lógica perversa aparece el nombre de Dios, entonces nos colocamos en el peor de los mundos, uno en el que se mata en nombre de quien, si se es creyente, existe para salvarnos de la muerte.

Las imágenes de lo ocurrido van de lo dramático a lo trágico: 129 muertos y 352 heridos de los que 99 siguen reportados en estado crítico. Todos ellos recibieron la descarga a quemarropa de tres células del grupo terrorista Daesh, que actuaron coordinadamente y con algunos minutos de diferencia: primero con dos explosiones de kamikazes en el estadio de futbol Siant Denis, luego en los restaurantes Le Carrilion y La Belle Equíp y finalmente en la famosa sala de conciertos Bataclán, el lugar donde se registró lo peor de la masacre.

Daesh forma parte del pretendido Estado Islámico (ISIS), al que se le ha dado tal carácter porque ya contrala territorios de Irak y Siria, en una lucha contra los gobiernos establecidos en esas naciones, atizada por diferencias entre la misma fe islámica: por un lado los chiítas (que reivindican las enseñanzas originales de Alá y su profeta Mahoma) y por el otro los sunitas(que defienden las interpretaciones hechas a El Corán, su libro sagrado, por el califa Alí, casado con Fátima, la inspiradora hija de Mahoma).

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IRÓNICO ORIGEN DE ESOS GRUPOS

Esos grupos radicales que hoy se autodenominan ISIS nacieron, vaya paradoja, con el respaldo de las potencias, sobre todo de Estados Unidos, para confrontar al régimen sirio de Bashar El Assad, gobierno muy incómodo para los intereses norteamericanos
en la región, pero apoyado por la Rusia expansionista de Vladimir Putin.

ISIS se salió de control y, con su propia agenda, tomó posiciones en Siria y se extendió a territorios del gobierno pro norteamericano de Irak. Para detenerlos, sus enclaves han sido bombardeados igual por Rusia que por Francia, con una brutal matanza de civiles que ha provocado una de las más graves
crisis de inmigración hacia Europa.Yen esos flujos de miles y miles de refugiados que intentan desesperados llegar a naciones como
Francia,Alemania o Gran Bretaña, van encubiertos radicales islámicos que llegan así a cumplir su cometido de terror, y que seguramente se han sumado ya a los cuatro mil sospechosos
fichados por los servicios franceses de inteligencia.

A Francia le han asestado así un de los más severos golpes terroristas, si no es el que más, la mayor carnicería en ese país desde la Segunda Guerra Mundial, razón por la cual su presidente, el socialista Francois Hollande ha declarado un estado de emergencia nunca aplicado en el país desde 1961, apoyado en una ley que se remonta a 1955 y que da al gobierno súper poderes policiales, control de la prensa y limitaciones al derecho
de reunión, herramientas con las que pretende neutralizar a un enemigo ubicuo, imprevisible e inevitable.

Tales condiciones forman parte de la lógica del terror y explican los episodios de pánico que se desataron ayer en varios de los lugares donde ocurrieron las matanzas del viernes y en el que los franceses instalaron memoriales de los que huyeron despavoridos
al escuchar voces que reportaban detonaciones inexistentes.

La salvajada del viernes en París acaso y apenas tenga parangón con un episodio ya muy lejano en su historia: La noche de San
Bartolomé o La matanza de los hugonotes (23 de agosto de 1572).

Como hugonotes se conocía en Francia a quienes, en medio de la llamada Guerra de las Religiones, profesaban la fe protestante
de doctrina calvinista, en un reino gobernado por católicos: el rey Carlos IX y su poderosa e implacable madre Catalina de Medicis,
cuya fuerza era seriamente amenazada por la creciente influencia de los hugonotes. Fue entonces que el monarca y su madre determinan la detención de los principales cabecillas, lo que se convirtió en un baño de sangres que se extendió por toda Francia durante los meses siguientes.

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Para apaciguar los ánimos, Catalina de Medicis comprometió a su hija Margarita con Enrique de Navarra, de la realeza protestante,
quien llegaría a ser el rey Enrique IV de Francia, quien para ser aceptado por sus súbditos, y con un sentido muy práctico, abjuró
de su fe y se hizo católico. Dicen que antes de su coronación y para justificar la decisión, simplemente dijo “París bien vale una
misa”.

Hoy como entonces, París y el mundo, la vuelven a valer.

 
SIRIA O EL CAOS

Siria es hoy la perfecta ejemplificación del caos. En su guerra civil se entrecruzan diferencias religiosas y políticas, así como gobiernos y grupos extremistas, cada uno de ellos con sus aliados extranjeros, en esta nueva expresión de la secular disputa por el control del estratégico Oriente Medio.

Después de los atentados del viernes en París, este conflicto muestra al menos cuatro frentes abiertos. Su entendimiento obliga a que nos remontemos a sus inicios.

Los primeros tiros los disparó en marzo de 2011 el presidente de Siria, Bashar al-Assad, heredero y continuador de la dictadura
que encabezaron desde 1970 su padre Hafez al-Assad y el Partido Baath Árabe Socialista. Su ejército disparó contra manifestantes
pacíficos que demandaban un cambio, inspirados en los movimientos de la llamada Primavera Árabe, que derrocaron a
los anquilosados gobiernos del Túnez, Libia y Egipto.

Las manifestaciones crecieron y para julio de aquel 2011, algunos manifestantes respondieron al fuego con fuego, apoyados por algunos soldados de las tropas de Assad que desertaron para sumarse al movimiento liberador. Se dieron el nombre de Ejército Libre de Siria, y su levantamiento dio pie a la guerra civil. Grupos
extremistas del país y de naciones vecinas se sumaron a los rebeldes, en este primer frente de guerra que sigue abierto.

En enero de 2012, la organización terrorista Al-Qaeda creó un grupo para enfrentar a Assad en Siria: el Jabhat al-Nusra (Frente
de laVictoria para el Pueblo de la Gran Siria).

Para entonces, grupos sirio-kurdos, que desde hace tiempo exigen autonomía al gobierno de Damasco, tomaron las armas, rompieron con Assad en el norte del país y se sumaron a al-Nusra.

Fue así que apareció un segundo frente, aún abierto, que trajo la intervención de otros países. Irán, el aliado más importante de Assad, intervino en su favor y a finales de 2012 envió a diario aviones de carga con víveres, armas y cientos de oficiales de sus Guardias Revolucionarias. Para equilibrar fuerzas, los ricos estados árabes petroleros del Golfo Pérsico, empezaron a enviar a los rebeldes de al-Nusra, a los siriokurdos y a los del Ejército Libre de Siria, armamentoy dinero. Lo hicieron a través de Turquía.

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Pero a mediados de 2012, los ayatolás de Irán imprimieron mayor fuerza a su intervención, con la invasión a Siria de fuerzas del Hezbollah, un grupo militante libanés por ellos respaldado. Los estados del Golfo Pérsico, ahora bajo el liderazgo de Arabia, respondieron
con el envío de más dinero y armas a los rebeldes, a través de Jordania, otro de los rivales del dictador sirio en la región.

Con toda esta escalada, el Medio Oriente quedó dividido en 2013 entre los grupos que, decíamos en la entrega pasada, se confrontan dentro de la fe musulmana: los suníes, que respaldan a los rebeldes (Estados del Golfo, Jordania, Irak e incluso Arabia Saudita) y los chiitas, que respaldan al régimen de Asaad (Irán y los grupos extremistas como el Hezbollah de Líbano). Tal es el tercer frente, aún abierto.

En abril de ese mismo 2013, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama firma un documento secreto que autorizó a la CIA
entrenar y equipar a los rebeldes sirios, sin que quedara claro a cuál de los grupos. Washington pidió además a los Estados del Golfo dejar de financiar a los extremistas opositores a Assad, petición que fue ignorada.

La intervención de EUA provocó la de la Rusia expansionista de Putin, aliada histórica y estratégica de Siria, además de que alertó
a Europa, especialmente Francia, por su histórica influencia en la región.

Pero en febrero de 2014 se abriría un cuarto frente que trastocó los términos de la confrontación. Una filial de al-Qaeda,
apostada principalmente en Irak, rompió con los herederos de Bin Laden por desacuerdos sobre Siria. Nació así Daesh, acrónimo en árabe de Estado Islámico de Irak y Siria, enemigo de al-Qaeda. De ahí que no combata a Assad sino a los rebeldes sirios y kurdos, mediante una estrategia que los ha llevado a apoderarse de 40
kilómetros cuadrados de Irak y Siria, y controlara unos seis millones de personas.

Extremistas y radicales, han dado muestras de ejecuciones sumarias de sus enemigos.

Se estima que 10 por ciento de sus aproximadamente 50 mil combatientes provienen de países occidentales.

Por el control territorial que han conseguido, es previsible que los apoyos a los grupos rebeldes referidos líneas arriba hayan ido
a parar finalmente al Estado Islámico para ejecutar sus respuestas extremistas y atroces a los bombardeos a que son sujetos: el derribo de un avión ruso de pasajeros y los atentados de París.

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TERRORISMO COMO EMPRESA

El Estado Islámico de Irak y Levante o Daesh, su acrónimo en árabe, es el grupo terrorista más rico y violento de la historia
moderna con seis mil 73 muertos y cinco mil 799 heridos en mil 71 atentados cometidos en 2014, de acuerdo con las más recientes estadísticas del Índice de Terrorismo Global elaborado por el Institute for Economics and Peace.

Este saldo letal solo lo superó el grupo Boko Haram (que opera en naciones africanas como Nigeria, Camerún y Chad), con seis mil 644 muertos y mil 742 heridos en 453 atentados cometidos, sin que por eso le arrebate a Daeshel carácter del más rico y
peligros para la estabilidad global.

Y es que la fuerza del Estado Islámico reside en el hecho de poseer sus propios medios para financiar su “guerra santa” y
generar millonarios ingresos. No es una organización instalada en el territorio de un Estado soberano que le da cobijo y protección como regularmente ha ocurrido. El EI o ISIS, por sus siglas en inglés, aprovechó muy bien el desgobierno provocado en la zona
por la guerra de Irak y los conflictos de Siria, para apoderarse y controlar amplios territorios de esos dos países y organizarse como
una empresa moderna a la que se le calcula un patrimonio de dos mil millones de dólares (www.esglobal.org).

De manera que su capacidad de instituir un gobierno y un territorio autónomo semi funcional, de utilizar herramientas comerciales del siglo XXI para crear una marca internacional, de aplicar estrategias financieras variadas y complejas, y de desarrollar una propaganda para el reclutamiento de extranjeros, le ha permitido consolidarse y resistir los ataques de Estados
Unidos y su coalición aliada que entre agosto de 2014 y agosto de 2015 ha gastado en esa campaña cuatro mil 750 millones
de dólares, es decir, un promedio de once millones de dólares diarios.

De acuerdo con analistas consultados, el Estado Islámico detectó y aprendió de la debilidad de la organización de la que derivó: Al
Qaeda. Esta no supo adquirir una fuente habitual de financiamiento y en eso se puso a trabajar Daesh hasta la construcción de un plan corporativo que diseñó Said Abd
Muhammadal Khifani, antiguo coronel de los servicios de inteligencia en las fuerzas aéreas de Saddam Hussein.El diseño de este hombre conocido como El señor de las sombras se enfoca a construir y dirigir un “estado espía islámico” similar a STASI, los famosos servicios secretos de Alemania Oriental.

Y el plan tiene tal minuciosidad que detalla como reclutar seguidores, como identificar fuentes de ingreso y como atacar a familias influyentes y rivales militares. Ha formulado objetivos estratégicos hasta 2020, con indicadores que miden rendimientos e inversiones, incluso con el costo de cada atentado
suicida.

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Ya detallaremos en otras entregas la parte del plan estratégico.Veamos por lo pronto las fuentes de financiamiento:

1. Petróleo. Controla diez yacimientos en Siria e Irak con una producción de entre 34 mil y 40 mil barriles diarios. Lo vende a comerciantes independientes en una actividad que también le sirve al crimen organizado para lavar dinero. Han desarrollado la capacidad de construir, incluso, refinerías móviles y la rápida reconstrucción de las que son bombardeadas y destruidas. El propio Tesoro estadounidense estima que Daesh ha obtenido
este año por venta de petróleo unos 40 millones de dólares.

2. Extorsión e impuestos. Se le cobrana todas las personas y todas las mercancías que cruzan sus territorios. En la superficie del Estado Islámico se cobra un impuesto sobre la renta de 10 por ciento, un impuesto de sociedades de entre 10 y 15 por ciento, y un impuesto al valor agregado de dos por ciento. A quienes quieren salir del territorio se les cobra un gravamen de mil dólares. En este contexto, ha obtenido recursos del saqueo dela banco central de Mosul y de otras instituciones bancarias privadas.

3. Venta de antigüedades. El permanente saque de importantes zonas arqueológicas como Nimrud, Nínive y Hatra ha dado lugar a
un mercado de piezas en los mercados mundiales.

A esta actividad se le conoce ya como “antigüedades de sangre”. La compra de ese tipo de mecancías se multiplicó por cuatro entre 2010 y 2014 hasta alcanzar 3.5 millones de dólares.

4. Tráfico, secuestros y contrabando de personas, actividades delictivas todas estas fundada en graves violaciones a los derechos
humanos.

Ya abundaremos en próxima entregas en la descripción de la estructura y operatividad de Daesh, para llamar la atención de que es equivocada la estrategia con que se le enfrenta.
(rrodriguezangular@hotmail.com, @RaulRodriguezC, raulrodriguezcortes.com.mx )