Gran Angular Oaxaca: cómo chiflar y tragar pinole


Raúl Rodríguez Cortés

Muchos aplauden la decisión del Gobierno Federal de arrebatarle a la CNTE, de una vez y para siempre, el control de la educación en Oaxaca. Y no les falta razón en este sentido: estructuras y recursos destinados a hacer valer una de las pocas herramientas de movilidad social en uno de los estados más marginados del país, no pueden ni deben desviarse hacia otro objetivo, cualquiera que sea.

Pero el entendimiento cabal del problema es imposible si solo se visualiza desde ese ángulo. Por eso no deben soslayarse por lo menos tres aspectos del hoy tan incómodo movimiento magisterial: 1. No nació por generación espontánea y, en varios momentos, fue patrocinado por la cúpula del poder político; 2. No es solo una estructura creada para defender los intereses políticos y económicos de sus dirigentes; y 3. Hoy forma parte medular del movimiento social mejor articulado de las últimas dos décadas.

Rubén Núñez Ginez

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se formó en 1980 cuando Carlos Jongitud Barrios y su corriente sindical “Vanguardia Revolucionaria” ejercían un férreo cacicazgo en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). El objetivo de la CNTE: democratizar la vida interna de esa poderosa organización sindical. Para ello echó mano de algunas de las secciones más combativa del SNTE: la del D.F., algunas de Michoacán y la 22 de Oaxaca. El CNTE, por lo tanto, no es otro sindicato sino una organización de masas que, como tal, busca cambios en su sindicato, el SNTE.

Pero éste era un gran reservorio de votos que pactaba y obtenía prebendas con el poder en turno. Jongitud Barrios ejerció el control absoluto durante la segunda parte del gobierno de López Portillo y todo el de Miguel de la Madrid. La Coordinadora, mientras tanto, intensificó su lucha contra el cacique, sin que faltaran ocasiones en que el poder mismo  usara a la disidencia  para que el cacique magisterial no se pasara de lanza. Una de esas protestas, atizadas desde el poder, ocurrió en 1989, a inicios del gobierno de Salinas de Gortari, quien aprovechó la coyuntura para sacudirse (como ya lo había hecho con Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y los petroleros) esa poderoso estructura sindical.  Pero no la entregó a las corrientes democráticas de la CNTE, sino a una maestra, del grupo de Jongitud, con la que ya había pactado: Elba Esther Gordillo.

Jose-Lopez-Portillo

Desde entonces hasta 2013, cuando encarcelan a la maestra por malversación de fondos, la CNTE siguió siendo un instrumento manipulado desde el poder para contener a la poderosa Elba Esther, pero también la punta de lanza de un movimiento social que mostró su fuerza y tamaño durante el conflicto social oaxaqueño de 2006 y 2007, liderado por la Sección 22 que ahora ha enarbolado su abierta oposición a los términos de la Reforma Educativa.

Ponerla en vigor en Oaxaca es el objetivo central de los cambios anunciados el martes pasado, y hacerlo pasaba necesariamente por la recuperación del control que la Sección 22 ejercía sobre estructuras, plazas y recursos educativos del estado. Conseguirlo, aunque digan que se respetarán cabalmente los derechos de los maestros, implica aniquilar a dicha sección sindical. Y en eso están, ayer con el anuncio del congelamiento de cuentas bancarias de la organización y sus dirigentes; y en los próximos días, seguramente, con la detención de los líderes.

Estamos entonces frente a una confrontación, por lo que no resulta exagerado advertir que el asunto podría derivar en un conflicto social y político de alcances impredecibles. La decisión de ir a ese choque se tomó en condiciones que no parecen ser las más favorables para el Gobierno Federal.

Gabino Cue

LOS PETARDOS DE GABINO

El decreto que reforma al Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, publicado el lunes por el gobernador Gabino Cué, pretende, en términos prácticos, arrebatarle a la Sección 22 del SNTE (parte medular de la rebelde CNTE), el control político-administrativo que ha ejercido desde que se creó (el IEEPO) en 1992

De esa manera, romperá prácticas como el manejo clientelar de plazas y abrirá una mayor intervención federal (en un sistema educativo descentralizado), con el prioritario objetivo de aplicar cuanto antes las disposiciones de la Reforma Educativa, atoradas por el activismo, cada vez más contestatario y violento, del magisterio oaxaqueño.

Elba Esther Gordillo

El anuncio de Cué es producto de la presión federal para que se cumpla en Oaxaca la repetidamente pospuesta reforma educativa, lo que está en el mayor interés del gobierno de Peña Nieto. De ahí que el formato mediático para anunciarlo, llevara el acompañamiento del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayfett y del vocero del gobierno federal, Eduardo Sánchez.

Ni el gobernador ni sus acompañantes mencionaron a la Sección 22, pero el discurso de los funcionarios federales incluyó algunas frases clave para inferir hacia dónde iba el mensaje: “basta ya de presiones y chantajes”, advirtió Sánchez, mientras que Chuayfett se ocupó de dejar muy claro que en la estructura directiva y administrativa del nuevo IEEPO no habrá maestros sindicalizados. Otra declaración clave, que dimensiona los términos del conflicto, fue la primera respuesta del líder de la Sección 22, Rubén Núñez: “no nos arrebatarán lo que nos pertenece”.

Cué, por su parte, mantuvo sin cambios la línea discursiva que ha mantenido durante toda esta crisis, el llamado a la legislatura local a sacar adelante, cuanto antes, una Ley Estatal de Educación. Evitó así la confrontación directa con un magisterio que, por haber apuntalado decisivamente su llegada al poder, lo ha mantenido prácticamente secuestrado,  inmovilizado en ese y muchos otros temas, arrinconado, de hecho, en la ingobernabilidad, al grado de venir a decirle a la Comisión Permanente que fue rebasado.

Moisés Robles Cruz

Su gestión ha sido eso, ingobernabilidad, y en ese contexto no ha dejado de mentir. Una peligrosa señal de que estaría por volver a hacerlo, es que haya mantenido como director del nuevo IEEPO a Moisés Robles, el mismo burócrata gris que hasta ahora lo encabezaba y que, por lo tanto, era parte de los mecanismos de chantaje que a través de él se ejercían. Francamente no se entiende que el sepulturero sea el encargado de la resurrección. No parece caber duda que es un petardo mediático de Cué, una engañifa, una estafa, una petardeada más de Gabino.

No es menor, por supuesto, la fuerza de los maestros afiliados a la Sección 22. Con más de 70 mil afiliados han hecho de la movilización una herramienta para obtener conquistas sindicales, sindicales, sí, pero también para chantajear a gobiernos y obtener privilegios. De ahí que su primera reacción fuera bloquear avenidas y centros comerciales oaxaqueños, para después convocar a un paro indefinido en Oaxaca, Chiapas, Michoacán y el Distrito Federal. Se vislumbra, así, una confrontación violenta que podría tirar al gobierno de Cué.

Es difícil no estar a favor del argumento de que no es posible que la educación de nuestros niños, esté sometida a huelgas y/o a la demeritada calidad de quienes más se dedican a protestar que a enseñar. Pero eso no debe llevar a que se soslaye un argumento de fondo del magisterio disidente.

El sentido común dicta que una reforma educativa es el cambio de un modelo de enseñanza: de su contenido y su método pedagógico. ¿Eso fue nuestra reforma educativa? Creo que no. Más bien se trató de un esfuerzo, válido sin duda, de restarle a la organización sindical (la oficial y la disidente), el poder que no ha dejado de ejercer sobre la administración y control del sistema educativo. Para conseguirlo, puso por delante el tema de la evaluación, otro tópico contra el que difícilmente se podría estar en desacuerdo.

Joaquín Hernández Galicia

Pero aquí cabe la pregunta: ¿en relación con qué modelo y programa se evalúa a los maestros? No hay de otra: en relación con el mismo que no se ha cambiado y que ha mostrado su inoperancia. Está bien que en una relación laboral el gobierno no permita que se le suban a las barbas los servidores públicos a los que paga, pero ¿no cree usted, estimado lector, que antes de cambiar la relación laboral debió modificarse el modelo educativo? Es ahí donde creo que asiste la razón a la disidencia magisterial, sin que eso quiera decir que esté de acuerdo con sus métodos de control y chantaje.

( rrodriguezangular@hotmail.com , @RaulRodriguezC , raulrodriguezcortes.com.mx )