Gran angular : Aquellos enfermos que nos gobernaron


El presidente Andrés Manuel López Obrador
  • Importancia de conocer estado de salud de quienes dirigen un país.
  • Analizaron Pierre Accoce y Pierre Rentchnick a líderes mundiales.
  • Guillermo Murillo narra en ensayo padecimientos de presidentes de México.
  • Expectativa en círculos políticos por revelaciones que hará Emilio Lozoya.

 

Raúl Rodríguez Cortés/El Universal

David Peychina

No se interprete el término enfermos como un estigma o afrenta. Su uso, aquí, es para describir una condición humana de la que nadie es ajeno. Tampoco los jefes de Estado y/o de gobierno, por poderosos, carismáticos o antipáticos que sean. El tema de fondo es qué tanto la enfermedad podría incapacitarlos para gobernar y hasta qué punto, por esa razón, su salud debe ser objeto del más amplio escrutinio público y asunto de seguridad nacional.

El domingo pasado en la tarde, círculo profusamente en redes sociales que AMLO había sido hospitalizado. El antecedente del infarto que sufrió hace casi siete años (3 de noviembre de 2013), dio lugar a todo tipo de especulaciones sobre su estado de salud y a reacciones múltiples, algunas solidarias y otras críticas, entre las que no faltaron las que atizadas por la vileza le deseaban la muerte.

El propio López Obrador confirmó al día siguiente que, en efecto, había ido al Instituto Nacional de Cardiología a hacerse un chequeo y una prueba de esfuerzo que, informó, resultaron muy bien.

Que el Presidente diga que está al cien debería ser públicamente avalado por algún tipo de certificación médica. Él es objetivamente un cardiópata sometido a fuertes presiones y ritmos de trabajo en medio de una situación inocultablemente crítica del país; tiene una patología en la columna vertebral, tiene 66 años y está expuesto, como todos, al contagio del SARS-Cov2.

Emilio Lozoya Austin

El recomendable libro “Aquellos enfermos que nos gobernaron”, del que tomé el título de esta entrega, presenta una minuciosa biografía médica de personajes como Adolfo Hitler, Winston Churchill, José Stalin, Franklin D. Roosevelt, Mao Tse-Tung y John F. Kennedy, entre otros. Sus autores, Pierre Accoce y Pierre Rentchnick, documentan con informes de los médicos tratantes de cada uno de ellos, las dolencias físicas y sicológicas, así como las adicciones en algunos casos, con las que gobernaron, además de hacer inferencias sobre el peso de esas enfermedades en las decisiones que tomaron durante momentos críticos de la historia.

La apertura en México al debate sobre la salud de sus Presidentes y sus implicaciones en el ejercicio del gobierno, es más o menos reciente. Hasta hace poco se ignoraba que, en su momento, Adolfo López Mateos sufría de fuertes jaquecas provocadas por aneurismas que finalmente le provocaron la muerte; que Gustavo Díaz Ordaz padeció de asma bronquial y fue operado de un desprendimiento de retina postraumático en el ojo derecho antes de su fallecimiento por cáncer de colón; que Luis Echeverría era proclive a infecciones respiratorias recurrentes y a dolores renales; que José López Portillo sufría de diabetes sacarina; que Miguel de la Madrid padecía enfisema pulmonar provocado por su tabaquismo; y que Carlos Salinas de Gortari fue operado de apendicitis y que aún estaba convaleciente cuando ocurrió el levantamiento zapatista.

Olga Sánchez Cordero

Ya con Ernesto Zedillo se hizo público que fue sometido a una cirugía en la rodilla derecha; que Vicente Fox, además de los episodios de depresión que sufría, fue operado de una hernia en la columna vertebral justo cuando México era miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y debía votar sobre la invasión de Estados Unidos a Irak; que Felipe Calderón fue intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones por fractura en el hombro izquierdo y por ruptura de ligamentos de rodilla; y que Enrique Peña Nieto fue operado dos veces por un nó

dulo tiroideo no canceroso y por cálculos en la vesícula biliar.

Pero a lo largo de la historia, la constante fue el ocultamiento de las causas de muerte y las enfermedades previas de nuestros gobernantes. Mucha luz arroja sobre este tema el ensayo “Las enfermedades mortales de los Presidentes de México” publicado por Guillermo Murillo Godínez del Colegio de Medicina Interna (https://bit.ly/30sXl8w).

Baste saber que de los 64 presidentes que nos han gobernado desde que somos país independiente, se desconoce la causa de muerte de 36. De los otros 28: siete siguen vivos, ocho fueron asesinados o fusilados y trece murieron por diversas enfermedades con dolencias previas como la epilepsia, tifo, neumonía, cólera, angina de pecho y otras.

Napoleón Gómez Urrutia

Hablamos de humanos y por lo tanto de enfermedades, pero por ser en quienes recae la responsabilidad de gobernar, y más en un sistema presidencialista como el nuestro, es necesaria más transparencia y protocolos claros que aplicar en casos de ausencias temporales por enfermedad.

INSTANTÁNEAS:

  1. TESTIGO. No son pocos los políticos y ex funcionarios públicos que, con el alma en un hilo, están pendientes de las revelaciones que haga en su juicio Emilio Lozoya Austin y de las grabaciones que dice tener y que documentan sobornos. Ha trascendido que, según fuentes de la Fiscalía General de la República (FGR), el que se ha acercado por esos rumbos es David Peychina, quien fuera presidente de la Comisión de Energía del Senado cuando fue aprobada la Reforma Energética. Se dice que ha ido a plantear la posibilidad de convertirse en testigo colaborador. De ser así, ¿ya se habrá abierto proceso en su contra? Es duda.
  2. FARMACÉUTICAS. Tras el anuncio de la creación de una empresa estatal que distribuirá los medicamentos del sector salud que se importarán del extranjero por medio de Naciones Unidas, la industria farmacéutica ha establecido comunicación con el organismo internacional para poder participar en los procesos de licitación. Lo hace a partir de la recomendación hecha por el secretario de Salud, Jorge Alcocer durante la firma del convenio correspondiente.
    Jorge Alcocer

    La Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (AMELAF) y su director ejecutivo Juan de Villa establecieron contacto con la oficina de la UNOPS en México por conducto de Fernando Cotrim, a quien se le solicitó una reunión. La respuesta fue positiva y se coordinará con en el gobierno. La AMELAF insiste en que la industria farmacéutica nacional no quiere ser parte de un problema, sino parte de una solución en cuanto al abasto de medicamentos.

  3. LAUDO. Fuentes del sector laboral prevén que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje emita en estos días un laudo, presumiblemente condenatorio, contra el Sindicato Minero que encabeza Napoleón Gómez Urrutia. De ser así, le obligaría a pagar a sus afiliados los 55 millones de dólares correspondientes a cinco por ciento de las acciones de Minera Cananea pactados con la empresa en 2005. Parte de ese dinero correspondería a los deudos de los mineros muertos en la explosión de Pasta de Conchos en 2006, toda vez que la mayor parte de ellos fueron contratados por la firma de outsourcing General de Hulla, autorizada para operar en esa mina por el hoy senador de Morena.

 

¿PLAN B HASTA DESPUÉS DE 50 MIL MUERTOS?

 

Hugo López Gatell

Dos noticias significativas hubo ayer sobre la Covid19: 1. Rebasamos los 50 mil muertos confirmados y 2. Las autoridades de salud anunciaron que se trabaja en un plan B en la estrategia de contención.

Veamos primero las cifras oficiales: 462 mil 690 casos confirmados, acumulados en lo que va de la pandemia y 50 mil 517 defunciones confirmadas.

No es novedad que se trata de cantidades obtenidas de pruebas realizadas sólo en 475 unidades de salud de las más de 25 mil que hay en el país. En esas unidades se hacen pruebas confirmatorias al 10% de los casos ambulatorios y a la totalidad de los casos graves. No arrojan, por lo tanto, la totalidad real de contagiados por el SARS-Cov2.

Para estimarlos, el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell sugirió el 8 de abril pasado multiplicarlos por 8.3, factor que –dijo- iría actualizando, pero que no lo ha hecho. Quedándonos entonces con ese factor, hoy tenemos tres millones 840 mil 327 casos reales totales (2.95% de nuestra población).

Hace un par de semanas se dio a conocer el resultado de un estudio de exceso de mortalidad aplicado en 20 estados. Aunque quedaron fuera 12 (aproximadamente 35 millones de personas), del estudio resultó el factor 2.6 por el que deben multiplicarse los 50 mil 517 decesos confirmados oficialmente. Eso resulta en 131 mil 344 muertes totales estimadas hasta hoy.

Epidemiólogos consultados por esta columna estiman que la pandemia seguirá creciendo hasta finales de este mes de agosto, cuando creen se alcance el pico. Consideran que para tener una señal clara de que empieza a declinar, es de esperarse una disminución consistente de casos durante la primera mitad de septiembre, y entonces sí hablar de que estará domada a finales de octubre, si no se complica con la temporada de influenza que iniciará ese mes.

Hablamos entonces de 75 días más de pandemia que si conservadoramente y de acuerdo con la tendencia registrada arroja 500 defunciones por día, tendríamos que agregar 37 mil 500 más a las 50 mil 517 hasta hoy registradas, lo que daría un total de 88 mil 17 fallecimientos por la Covid19 en México.

Ricardo Anaya

Esta cifra es consistente con el pronóstico de 91 mil defunciones totales del Institute of Health Metrics de Washington, aunque se queda corta respecto a las 140 mil calculadas por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

Tal es el nada halagüeño panorama que seguramente obligó a López Gatell a hablar ayer por primera vez de un plan B en la estrategia contra la Covid19. Lo hizo durante una reunión virtual con la Conferencia Nacional de Gobernadores presidida por la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y el secretario de Salud, Jorge Alcocer.

El subsecretario de Salud reconoció que ante la duración de la pandemia hay que replantear la estrategia, aunque matizó que eso no significa el arrepentimiento de las acciones emprendidas. Le llamó entonces el lado B que, dijo, está en construcción. No precisó en qué consistirá el replanteamiento.

Debe reconocerse que sin vacuna y sin cura específica ante un virus nuevo, ningún país ha logrado una gestión cien por ciento exitosa, ni siquiera Japón al que se considera el más efectivo y donde aún se registran rebrotes.

Francisco Domínguez

Pero también habrá de reconocerse que el manejo aquí ha sido inconsistente por decir lo menos. Los epidemiólogos consultados lo puntualizan así: 1. Apostarle al modelo Centinela, diseñado según comunicado de la OMS en 2014 para la influenza AH1N1 y no recomendado para virus nuevos, en lugar de la aplicación de pruebas masivas para cortar las cadenas de transmisión; 2. Confinamiento muy precipitado y reapertura anticipada; 3. Cambios repentinos de los criterios de elaboración del semáforo epidemiológico; Y 4. Mensajes contradictorios sobre medidas elementales de contención como el uso del cubre bocas.

Sobre este último punto ya son varios los estudios científicos que confirman que el uso masivo de las mascarillas reduce considerablemente los contagios en el espacio público. Pero si, y solo si (para citar al clásico), es masivo. De nada sirve que unos lo usen y otros no. Y en esto todos tenemos responsabilidad. Hay que usarlo y exigir que lo hagan los que no lo usan porque se sienten inmortales. Y la exigencia debe extenderse al propio López Gatell y a AMLO. Es un tema de ejemplo y concientización en el que ambos juegan un papel determinante.

INSTANTÁNEAS:

  1. IMPOLUTOS. Quiénes son los exlegisladores grabados por Emilio Lozoya Austin es, hasta ahora, uno de los secretos mejor guardados. Varios de los mencionados son panistas y muchos de ellos son actualmente gobernadores. El exlíder del blanquiazul y excandidato presidencial, Ricardo Anaya, respondió que es falso y absurdo que haya recibido sobornos. El hoy gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca dijo que él no recibió ni un peso. Y el de Querétaro, Francisco Domínguez guardó silencio con un aire de impoluto que contrasta con pasadas evidencias de maniobras ilegales. Me refiero a una llamada telefónica filtrada a redes sociales durante las campañas electorales de 2018. En ella le comunica a otro exlegislador panista y hoy gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, que ya le había conseguido apoyo de seis millones de pesos al mes, por cinco meses y le instruye que hable con “El Kurs”. ¿Quién es o era ese personaje?
  2. REPLICA. Acuso recibo de la réplica enviada a este espacio por David Peychina y publicada el ayer por EL UNIVERSAL. Nos referíamos el miércoles aquí a un trascendido –surgido de la indiscreción de un importante integrante del actual gabinete- del que inferimos la pregunta sobre el eventual inicio de un proceso en su contra relacionado con el caso de Emilio Lozoya. El expresidente de la Comisión de Energéticos del Senado dice que no hay tal. Gracias por la respuesta. Queda anotada.

(rrodriguezangular@hotmail.com , @RaulRodriguezC , raulrodriguezcortes.com.mx )