El Diluvio: Los cambios en el PAN… y en el PRI


Rafael Cardona

  Lo que pasó en el Partido Acción Nacional ayer que para nadie fue desde luego sorpresa. Quizá haya sido sorpresiva la inclusión de Marko (con K, como aquella mulata Verónika con K cuya voz era templada y dulce) en la coordinación de los diputados azules, pero la llegada de Ricardo Anaya no fue sorpresiva ni para Javier Corral.

Aquí lo habíamos dicho desde el día que se subió a una falsa actitud de combate electoral aunque bien sabía de su nula oportunidad.

Pero sí tuvo alguna, logró un 19 por ciento de los votos del partido, lo cual podría parecer algo pero frente a un candidato como Anaya quien lo superó  con 81, 82 por ciento es lo que se esperaba Corral fue un adversario fingido,  un candidato sin entraña, un aspirante poco competitivo quien desde mi punto de vista cometió un error grave al atacar a Anaya por sus seguidores, no por él.

Diciendo que Anaya llevaba puros acarreados, que era una reedición priista.

Si tú insultas a aquellos a quienes quieres convencer, pues los que quieres convencer no se dejan insultar y no te dan su confianza y muchísimo menos te van a dar su voto.

Pero Corral va a ganar un espacio, un espacio chico como le corresponde porque finalmente en el Partido Acción Nacional caben todos los que están en el Partido Acción Nacional.

Vuelven a ver ahí por ejemplo figuras ya muy desgastadas como Santiago Creel, se vuelve a ver a este señor Ruffo quien no es tampoco un hombre de gran talento político.  Le tocó beneficiarse de la primera “concertacesión” del Partido Acción Nacional, en Baja California.

Le dieron esa oportunidad, de ser el primer gobernador no priista en México,  sacrificando a la candidata de  en el PRI, eran los tiempos en los que la alternancia fue una imposición globalizada a la cual México se tuvo que adherir a toda velocidad y eso fue lo que permitió que el Partido Acción Nacional tuviera una eminencia que no había tenido jamás en su vida, porque jamás había tenido un qué hacer político real.

Había sido un partido declarativo, un partido teórico de la política, un partido al cual sus fundadores no le reconocían importancia electoral.

Gómez Morín les pedía alejarse  de la escaramuza electoral, que ellos estaban ahí para construir ciudadanía no para tomar el poder.

cardona manlio...

¿CÓMO Y CUÁNDO INICIÓ EL CAMBIO?

Después las cosas fueron cambiando con el tiempo, un día dejaron de leer a Gómez Morin, se pusieron a leer a Carlos Salinas y les empezó a ir muy bien. Se asociaron entre Diego Fernández y otro grupo de panistas pragmáticos, tuvieron una pequeña escisión, los muy doctrinarios se fueron. La historia la conocemos muy bien, lo desconocido es la historia por venir.

Yo creo que Ricardo Anaya a partir de hoy debe  alejarse de ese rollo falso de la mercadotecnia política que nos habla de la juventud, como si la corta edad significara la solución automática de cualquier cosa.

Con la juventud no se cura ni el acné.

Las enfermedades políticas se curan con talento, con inteligencia, no importa la edad que tengas, si eres inteligente lo eres desde que naces hasta que te mueres. Entonces el discurso de la juventud de Ricardo Anaya ya no funciona. Ni siquiera es tan joven como para ser el presidente históricamente más “pollo”  de Acción Nacional.  Felipe Calderón llegó a los 33 años y Ricardo Anaya llegó a los 36 años, entonces ni eso.

Claro, viste mucho a la hora de estar presentándote decir que hablas por los jóvenes, porque los jóvenes son la mayoría de los habitantes de este país. 

 Esa fue una de las grandes defensas que tuvo Carlos Salinas de sí mismo cuando le achacaron inexperiencia, juventud y dijo: «yo hoy tengo más edad que el 35 por ciento de la población que vota en este país», se refería a todos los jóvenes, a todos los millones y millones de jóvenes que pasan de los 18 años.

Yo creo que ahora le queda a Ricardo Anaya la reconstrucción de su partido como él ha dicho, pero más que reconstruir un partido habría que reconstruir una plataforma ideológica que es lo que el PAN perdió.

¿Cuál ha sido realmente la ideología del PAN? Ya no digamos desde su fundación, sino desde su éxito electora, digamos desde Ruffo para acá, con todo y sus “concertacesiones”, ¿cuál ha sido su ideología? 

Dice Ricardo Anaya «voy a ayudar a los de abajo para que no los pisen los de arriba y voy a combatir el populismo», suena a un discurso populista y claro, un político no puede desentenderse de la mayoría, aquí se habla de las mayorías, yo no conozco las mayorías, hay mayoría y minoría.

En este país la mayoría es pobre, la mayoría no tiene oportunidad, la mayoría vive los estragos y los perjuicios de la desigualdad.

Un partido político que aspire a tener arrastre debe ir a esos centros de población en donde está la mayoría de la gente que no tiene posibilidades políticas.

En el Partido Revolucionario Institucional, que hoy también ya conoce en definitiva quiénes van a ser sus dirigentes, pasó lo mismo que en el PAN, quisieron imponer el fantasma de la regeneración nacional y quisieron ponerle a un señor al frente de las posibles preferencias de la designación que el Presidente de la República hiciera del manda más del partido, que en el PRI no es el manda más, es el manda menos porque para mandar más necesita que un señor esté de acuerdo.

Yo no digo que lo imponga, yo no creo en eso del dedazo.

Un día le preguntaron a Fidel Velázquez: «¿Don Fidel y usted qué opina del dedazo» y entonces dijo: «no sé si usted ya lo haya probado, pero depende de quién sea  el dedo compañero», así hablaba Fidel.

El Presidente accede pero el Presidente solo no puede decidir, en este país el Presidente de la República solo no decide absolutamente nada y ése ha sido el secreto de la continuidad del PRI en el poder.

López Portillo le llamó el fiel de la balanza, sí pero en la balanza llegan todos los elementos para mover los platillos y el Presidente nada más dice cuál pesó más a final de cuentas.

Ya tenemos a los presidentes de los dos partidos tradicionales, ya está ahí el señor Anaya, ya está ahí el señor Beltrones.

Cada partido tiene desafíos similares, Anaya dice «no vamos a permitir la continuidad del PRI ni tampoco la preeminencia del populismo», refiriéndose obviamente al partido Morena. Todos contra López. Un fantasma recorre México, el fantasma del populismo.

El PRI solamente tiene una misión, una: olvidarse de quién compita contra él y lograr la continuidad en la Presidencia de la República. No sería históricamente perdonable para ellos perder el poder en la primera oportunidad de refrendarlo luego de su regreso.

Sería tan imperdonable como la fuga de «El Chapo», sería la fuga del poder.

cardona ernesto