El Diluvio: Extradiciones, himnos y capturas


Rafael Cardona

La procuradora general de la República, Arely Gómez, ha dicho que  hay dos peticiones de extradición para «El Chapo» Guzmán, una por un tribunal de California, recibida el 29 de julio del año pasado, y otra de un tribunal federal, una corte federal de Texas con fecha 3 de septiembre, las cuales fueron almacenadas hasta la recaptura de «El Chapo»; se había ido, ni modo que, ¿qué les van a regresar? Entonces hasta la recaptura se vuelven a activar esas órdenes de extradición, esas solicitudes de extradición.

Una vez que se reaprehendió a «El Chapo» -dice la procuradora-, este domingo se dio inicio formal al proceso de extradición, lo que habíamos comentado hace un momento con el responsable de Asuntos Internacionales de la Procuraduría General de la República.

A partir de ese momento, de la recaptura, Guzmán Loera tiene tres días para poner excepciones y 20 días más para probarlas, y el último periodo de 20 días puede extenderse. Apunta también la procuradora general de la República, que «El Chapo» puede emitir amparos contra los tratados de extradición de la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo cual en suma puede ser de uno a cinco años.

A pregunta expresa dijo la procuradora que personalmente está a favor de la extradición de «El Chapo», «estoy a favor en determinados casos, hay casos en los que se debe extraditar, porque hay personas que ya están detenidas y ya no aportan a las investigaciones de la PGR, y en cambio en otro país pueden aportar otros elementos».

Pues sí, pero en este caso concreto, mucho tendría que aportar o tiene que aportar «El Chapo» Guzmán a las autoridades mexicanas, para decirnos a todos los ciudadanos que pagamos el sueldo de nuestros funcionarios, qué hubo atrás de aquella histórica, espectacular, fulminante fuga del siglo, ocurrida el 11 de julio del año pasado.

Luis Echeverría

Sí, ya sabemos que lo recapturaron, qué bien, no creo que haya alguien que no esté de acuerdo en que el gobierno está cumpliendo con su obligación, no es para triunfalismos, pero sí es satisfactorio para -como dijo el Presidente de la República- restablecer la credibilidad en las instituciones y demostrar que ningún delincuente, ni siquiera el peor delincuente, o mucho menos el peor delincuente, puede contra el Estado mexicano.

Sí, todo eso sí, adelante, pero ¿dónde están las complicidades que hicieron posible aquella fuga espectacular?

Esto de que había necesidad de obtener toda la información que Guzmán pueda proporcionar antes de mandarlo a Estados Unidos, es algo que ya se viene conformando casi como una corriente de opinión, y vamos a ver hasta dónde esa corriente puede modificar o puede determinar la velocidad con la que se hagan primero los interrogatorios legales, y después los procedimientos también legales para una extradición que debe favorecer los intereses sociales de ambos países, de México y de Estados Unidos.

Pero junto con esto hay una serie de elementos que a mí me gustaría comentar en torno de este asunto de «El Chapo», y que tienen que ver con otra corriente, que es la corriente del pensamiento contemporáneo, en donde el espectáculo es el centro de la vida. 
¿A qué clase de espectáculo me refiero?

No es una cosa tan nueva, ya hubo un antecedente en la historia de México por otras razones, en donde alguien le vendió los derechos de sus acciones militares a una productora de cine de Estados Unidos, que fue ni más ni menos que el grandísimo Francisco Villa.

Pancho Villa atacaba y defendía, y hacía maniobras militares a la hora que un señor le decía: «Ahora está bien la luz, ataquen», «Ataquen mis muchachitos», y atacaban los muchachitos para que se pudiera filmar, porque había vendido sus derechos al cine.

Ese es según yo, el primer caso en el que se mezclan cosas con la poderosa industria cinematográfica de Estados Unidos.

En el caso que ahora nos ocupa, ya desde los primeros momentos posteriores a la captura, la procuradora informó que este señor había cometido varios errores porque andaba metido con productores y actores, porque quería hacer la película de su vida. No hizo la película de su vida, lo siento mucho, pero ya hizo el «papelón» de su vida.

Caer en manos -algunos dirán qué envidia, yo no-, caer en manos de Kate del Castillo y de Sean Penn, hay que ser Sean Penn para que te apantallen estos cuates y para que te bajes de tus escondites, porque quieres salir en la pantalla, en «The big screen».

Yo no sé si éste se imaginaba un Oscar o qué se imaginaba, pero ahí están las consecuencias. Cómo el espectáculo echa a perder todo, por ejemplo, ¿tú sabías -es un dato que se nos ha ido a muchos- que Kate del Castillo era embajadora de una causa noble, embajadora de la ONU contra la trata de personas, reconocida por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos desde septiembre del 2011?

Y después, no solamente en el Senado le hicieron su reconocimiento, porque la señorita o señora Kate había hecho notables esfuerzos para concientizar a la gente sobre el fenómeno de la trata de personas.  Lo más impresionante de esto, es que la CNDH en aquel tiempo la utilizaba en sus anuncios de promoción institucional. Eso fue en septiembre de 2011, en enero de 2012… Hace cuatro años fue cuando escribió esa carta en muchos párrafos, muy mal escrita, poco comprensible… 

¿Qué dice por ejemplo?:

«Que «El Chapo» se encargue de poner orden en los congales espantosos, en donde una mujer vale menos que una cajetilla de cigarros»; esto es lo que le preocupa, no que se comercie con ella, sino que se les tase a la baja, ¿no?, ¿pues cómo?, siquiera que le suban. O sea, es no pensar lo que está diciendo. 

O sea, la trata es infame por trata, no por el precio.

Pero en fin, no tiene por qué esta señorita o señora, tener una inteligencia cultivada en esas materias, así la ONU la haga embajadora.

Después de 2012, en el 2015, poco tiempo después de la fecha de la carta, ella empieza a relacionarse con un señor al cual le entrega una confianza mayor de la que puede tener en un sistema político, un sistema político que nos esconde la cura del cáncer, o sea, ¿en qué mundo fantasioso vive esta mujer? Pues seguramente en el mundo fantasioso del espectáculo.

Arely Gómez

¿ESPECTÁCULOS O RIDÍCULOS?

Pero hay otros espectáculos. Yo no soy Lipovetsky ni soy Vargas Llosa para hablar de la cultura de espectáculo, pero lo que hicieron los embajadores y cónsules de México cuando el secretario de Gobernación les leyó el mensaje presidencial, fue de carcajada.

Se pusieron a cantar el Himno Nacional, y yo pregunto: ¿una acción policiaca o una acción de seguridad nacional, implica que nuestros representantes en el mundo suplanten a los niños cantores de Morelia y se pongan a cantar el himno? ¿Por qué se canta el himno como si fuera la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos? ¿Ante quién estaban representando ellos a México? Ante México.

Ni siquiera se ganó una guerra. No se ganó nada, se hizo una exitosa labor de inteligencia para capturar a un forajido, eso es todo lo que pasó. No se salvó la patria, porque la patria tampoco estaba amenazada por la fuga de un delincuente.

Cuando estos señores cónsules y embajadores cantan el himno por su captura, le están dando a él una estatura casi, casi de honores militares en sentido contrario.

Lo están poniendo al mismo nivel que el Estado nacional. 

Ahora, ¿lo hicieron por la eficacia de la captura, o lo hicieron porque se convirtieron en unos lambiscones de «coro fácil»?, como dijo el señor licenciado Luis Echeverría cuando le pegaron la pedrada en la Ciudad Universitaria: «Jóvenes del coro fácil».

Bueno, pues el «coro fácil» se puso a cantar el himno porque agarraron a un delincuente que se había fugado de la cárcel ¿Para eso son los símbolos nacionales? Le hubieran leído también la Constitución y le hubieran arrebatado la bandera.

Francisco Villa

SÓLO FUE EL DEBER CUMPLIDO

Yo entiendo el entusiasmo, entiendo la defensa de la chuleta, el bistec y el paté de foi  gras de los embajadores que viven en Europa, pero también quisiera que ellos entendieran, es que hay ocasiones para todo, y que la justa felicitación al gobierno por esta maniobra exitosa, es simplemente eso, es el mérito del deber cumplido, nada más, nada más.

Porque un día nos vamos a encontrar con la iniciativa de alguno de estos partidos balines, para que se decrete la fecha como el día que capturamos a «El Chapo» Guzmán, «avenida Captura de ‘El Chapo’, esquina con avenida Batalla de Puebla, y la verdad no es para tanto.