El diluvio: Exageraciones, exabruptos, excesos con el “ex”


Santiago Nieto

Rafael Cardona

Usted lo puede creer o no pero ha habido quien en el extremo del exceso y el exabrupto, ha cometido la extensa y excéntrica exageración de señalar la fecha del cese del indiscreto exfiscal contra los Delitos Electorales, Santiago Nieto, como día inicial de la agonía democrática mexicana. Democracia con extremaunción.

Como se quiera ver,  la remoción de un  funcionario no puede marcar el inicio de algo tan difuso y complejo como un proceso demoledor de un sistema. Es como si lleváramos al espacio exterior  o extraterrestre esa ñoña teoría del caos, según la cual una mariposa muerta en el Amazonas provoca un tsunami en Indonesia. Pues a juzgar por tantos lepidópteros difuntos, estaríamos todos permanentemente bajo el tsunami. Exánimes o extintos. Explicación extraviada.

Eso está bien para la ficción  científica (“science fiction”, le llaman los angloparlantes) o el ángel exterminador pero suena hasta pueril cuando se analizan así los fenómenos políticos cuya naturaleza es superior a un señor removido de su cargo por indiscreto e incumplido de las obligaciones de reserva de las investigaciones bajo su responsabilidad. Así de sencillo. Pero a veces la verdad no rinde frutos.

Se debe excavar en los campos del exotismo.

Dicho así, como lo leí hace poco, con una cierta extrañeza, parece como si el mundo estuviera a punto de terminarse, como si Santiago Nieto fuera en verdad una persona de tan desmesurada importancia. ¡Oh!; explosión.

Muestra extravío tan excepcional interés en el caso. Insisto, parecen extraversionesextrusiones con tanta examinación, tan gordo exordio, tan excelentes explicaciones, ex cátedra, para algo tan simple como el cese de un burócrata en un mundo en el cual –se nos ha dicho—la principal obra de la democracia no es elevar a nadie a la condición intocable en los altares de la perpetuidad, sino construir instituciones funcionales por encima  de las personas y aun a pesar de ellas. ¿Me explico o me extiendo y me explayo extenuado?

Ni desaparecen ni se excluyen las investigaciones en curso, ni se acaba con este pilar del sistema electoral cuyas otras dos patas en el trípode legalista son el Tribunal y los órganos de vigilancia dentro del propio Instituto creado para tales fines.

Ricardo Anaya

–¿No es una enseñanza válida la supremacía de las instituciones por encima de las personas? Exorcicemos a los exaltados examinadores. ¿Vendrán de Extremadura?

Pues este caso no parece ser visto de esa manera institucional. No al menos por algunos de los defensores del fiscal abatido, críticos feroces del encargado de la Procuraduría General de la República (y de quien venga), a fin de cuentas superior jerárquico, de quien hoy siente excesivos respaldos en el mundo de las excelentes conciencias.

Pero hay en este caso un  ángulo poco explorado Estas son simples preguntas.

Si la infidencia de Santiago Nieto en su confusión de papeles –papeles en el sentido teatral, roles, pues; no en el tráfico de documentos reservados y exclusivos –, causó (por su divulgación en un sistema informativo tan extenso como el del “Grupo Reforma”, con sus grandes diarios regionales y su plataforma digital y su innegable influencia), una alteración visible al debido proceso de Emilio Lozoya, ¿podría este caballero recurrir a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos a solicitar medidas cautelares en su favor?

Quizá de la misma manera como ante ese tribunal de conciencia podría acudir el defenestrado fiscal Nieto a explayarse y exigir lo mismo por el atropello sufrido (por la forma como lo echaron),  ahora cuando ya tiene la CNDH atribuciones en materia de excesos laborales.

Posiblemente ambos acudan.

Uno por la causas ya dichas y el otro para exorar por habérsele enturbiado su (humano) derecho  la justicia cuando se contaminó la investigación en su contra y se le señaló con incordio extremoso como agente de presión contra el Ministerio Público Electoral, por así llamarlo y se le exhibió y estigmatizó como experto en presiones extrajudiciales.

Quizá ex auditu ex oficio, pero podríamos caer en un caso de “exceptio probam regulam”como habría dicho un abogado fervoroso de los latinajos.

Nadie sabe cómo ocurrirán las cosas, pero este asunto, con sus derivaciones jurídicas (exceptio veritatis) y políticas, parece ser el más suculento preámbulo a los inminentes destapes de candidatos y el arranque de la marcha de un ventilador al cual se le han colocado en las aspas, excesivas  excrecencias exclusivas para el extraordinario proceso y sus expertos de excluyentes exclamaciones.

Expectantes externemos expansivas expiaciones. Quizá lo leamos en «Excélsior», quizá nos hagan expavecer y terminemos expatriados.

Pero eso si, muy exultantes de extraer eximias exigencias explicativas, exhibicionistas y exorbitantes.

¡Extra, extra!,  gritarán los papeleros.

Emilio Lozoya

LOS FRENOS A LA VENGANZA

Un amigo ya fallecido, cuyo nombre me reservo por respeto a su memoria tuvo una vida infame. Su matrimonio fue infierno cuya larga duración no hacia sin o pensar en lo interminable de su sufrimiento.

Había conocido a su esposa cuando ambos eran estudiantes de derecho y ella, por razones de la vida, se dedicó a la rama penal, y por otras circunstancias  de la misma vida, practicó durante más de 35 años como agente del Ministerio Público.

Mientras mi amigo hipaba en la cantina con  los codos sobre la barra y la mirada en el infinito me decía, no sabes lo que es estar casado con una fiscal. No se olvida nada y tiene un rencor de Código Napoleónico.

Esa historia siempre me ha permitido asociar dos cosas. Una, el rencor, otra la condición de fiscal.

Por eso la idea de votar por la reinstalación o la vigencia de su cese, en el caso del fiscal  electoral, Santiago Nieto me parece pertinente. Los argumentos a favor del voto abierto, la cara al pueblo, la valentía, el compromiso y demás zarandajas, me parecen absolutamente cursis y demagógicos.

Como este:

“Ricardo Anaya, líder del PAN, aclaró (Radio Fórmula) que no existe ningún acuerdo para dejar correr los 10 días en el Senado, para la destitución de Santiago Nieto, ex titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).

“Ricardo Anaya, en entrevista con Denise Maerker, señaló que a su partido no le han informado sobre el supuesto acuerdo de los 10 días para la destitución de Santiago Nieto y que sí es así, él está en desacuerdo.

«Pedimos que se vote de manera transparente, quién quiera votar sobre la destitución, que lo haga, pero que lo hada del frente al país», puntualizó el líder del PAN.

“Asimismo, Anaya declaró que la manera deseable para decidir la destitución de Nieto Castillo, es por medio del tablero, de manera transparente y no dejando pasar los 10 días; mucho menos, votar por medio de la cédula del Senado.

“Al finalizar la entrevista el líder del blanquiazul, expresó que el PRI pretende controlar la FEPADE a 8 meses de las elecciones presidenciales de 2018”.

Un sicólogo muy connotado les ponía sus pacientes un ejemplo sobre el poder de la mente: yo te pido, le decía a cualquiera, que no me hagas caso. No obedezcas, pero de ninguna manera. No vayas a pensar en un caballo azul. No pienses en un caballo azul.

Y por los campos del pensamiento surgía la idea del solípedo color del sulfato de cobre.

–¿Ya ves?, si lo piensas es porque lo supones o lo crees. Así es la mente humana.

En el caso de Don Santiago Nieto, quien –dicho sea de paso–, ni en sus mejores momentos de ensoñación se imaginó convertirse en la noticia ubicua de una semana entera, la venganza se ha presentado arropada en una falsa negativa. Si lo piensa, aun para negarlo se debe primero considerarlo, es porque lo concibe y si esto sucede, el siguiente paso es hacerlo. Se trata de la condición humana.

Ha dicho don Santiago, al menos en su más reciente entrevista con “El Universal”, no habrá represalias contra quienes voten en mi contra en el Senado. Yo solo aplicaré la ley.

Y cuando un fiscal resentido –o nada más con buena memoria–, no ofrece nada más allá de aplicar la ley, nos recuerda aquel viejo dicho, ya sabemos cual; de los amigos con gracia y los enemis con el código penal sobre los lomos. Ya lo sabemos y quien le quiera creer una palabra a Santiago Nieto es menor de edad o ha vivido poco o no sabe nada de nada.

Nieto comprará un ábaco y una a una irá pasando las cuentas de su rencor. Este sí, este también, cada vez cuando se le pongan en la Moira.

La única forma de evitar esto es el voto por cédula. A fin de cuentas tan legal es una reforma abierta como una forma escrita en un papel. De esa manera se anulan las venganzas y eso, relativamente porque el desquite será contra los partidos, no contra las personas. Pero algo es algo.

Yndira Sandoval

#LADYBORRACHITA

Durante años los políticos y a veces sus hijos, los temibles “juniores”, regenteaban el monopolio de la prepotencia, la altanería y la soberbia.

Hoy los han desbancado algunos defensores de Derechos Humanos, como dice ser la señora Yndira Sandoval cuyo caso ha acaparado tanta atención mediático inmerecida. No por el volumen, por la orientación.

Quizá su edificante ejemplo la haga candidata a presidir una Comisión  Defensora de Derechos… etílicos.

Y no se trata de satanizarla por el alcohol, sino por la deficiencias del  juicio y las mentiras asociadas al excesivo consumo del refino.

Cantaba Tata Nacho, borrachita me voy…