El Diluvio: El pozo sin fondo


Rafael Cardona

Este es un tema de esos que tienen una doble interpretación, porque siempre tiene un doble punto de análisis y por tanto un doble juicio, y uno tiene que ser sumamente cuidadoso en entender la naturaleza de cada fenómeno social, para después calificar si los hechos están ocurriendo apegados a esa naturaleza o no, o están despegados de la naturaleza propia de cada cosa.

Comenzaría yo tratando de dejar claro que la función primordial del Estado, es la protección de sus habitantes en el territorio que conforma ese estado.

Esas son las tres patas de la mesa: el territorio, la población y las instituciones. Si el Estado no protege a sus habitantes, entonces tampoco tiene derecho de cobrarles impuestos, porque los impuestos son la garantía de funcionamiento de las instituciones públicas.

«Yo mantengo al Estado, yo ciudadano mantengo al aparato del gobierno, para que me dé lo que yo necesito, que es seguridad, confianza, atención, protección, y después servicios», y después la garantía de la vigencia de mis derechos como persona: el derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho a la educación y todo lo que viene después.

Si el Estado no lo hace, independientemente de por qué no lo hace, el Estado empieza a fallar, y cuando el Estado empieza a fallar, alguien ocupa la función que el Estado no está desempeñando.

Tradicionalmente la gente tiene la costumbre de armarse, eso es lo que sostiene por ejemplo el sistema militar interno de Estados Unidos.

La segunda enmienda proviene del derecho de los ciudadanos de armarse, cuando la independencia era cosa muy reciente en ese país y había que defenderla, todo mundo se armó hasta el día de hoy, con las consecuencias que ya sabemos.

En México hemos visto casos terribles de ciudadanos que se arman para defenderse de una violación del Estado, o de una falta de protección del Estado. A final de cuentas, la Guerra Cristera no fue más que eso ciudadanos religiosamente indignados por la supresión arbitraria de un culto, que defendieron su fe con las armas en la mano, independientemente de quienes les hayan ayudado a estimular esta actitud.

CARDONA  POLICIA COMUNITARIA EN MICHOACAN

En Michoacán venimos de pasar por una negra experiencia de estas guardias. El viejo régimen porfirista se sostenía con guardias blancas, las guardias blancas eran simplemente los pistoleros pagados por los patrones para impedir el ejercicio de los derechos o de campesinos, o de trabajadores, de obreros.

Por todas partes hemos visto el surgimiento de grupos paramilitares, sobre todo en América del Sur y en Centroamérica, con el pretexto de combatir la sedición, la guerrilla o simplemente los movimientos independentistas locales.

Ahora se supone que se arma a grupos en Guerrero para que defiendan ¿a quién?, ¿a los empresarios, a los dueños de los negocios?; pero nadie nos garantiza que solamente van a hacer eso, nadie nos garantiza que una vez armados de una mejor manera de lo que está armada la policía de los municipios, que ya vimos que no sirve para mucho, sobre todo en el estado de Guerrero.

Acapulco tiene uno de los peores distintivos de clasificación violenta del planeta, y es Acapulco, a tres horas de la Ciudad de México, con aviones, con vuelos, con turistas, con bares y restaurantes en la avenida Costera. Pero ahí adentro, en la profundidad de los pueblos pequeños de Guerrero, ¿qué va a pasar con estas guardias?, ¿qué va a pasar con estos grupos armados?, ¿se engolosinarán como los lobos en el redil de las ovejas? Así pasó en Michoacán, asociados con la violencia organizada a la cual se suponía que tenían que combatir, ¿en el nombre de qué?, de la decencia.

Lo único que se puede hacer, es forzar a las instituciones a que desarrollen su función con apego al derecho, y una de las consecuencias de vivir con el apego al derecho, es la eficacia judicial en la investigación, persecución y tratamiento judicial del delito.

Si no se hace así, estamos tapando un agujero para hacer otro agujero con la tierra del segundo agujero, y siempre tendremos una sociedad llena de «hoyancos» por donde se puede escapar no sólo la confianza, sino también la vida humana.

Hoy estamos viendo más casos de secuestros, más tasas a la alza de los homicidios, y estamos viendo que la presencia de miles y miles de agentes federales en Guerrero, no ha resuelto hasta el día de hoy el problema. Cada vez que nosotros aquí en esta emisión o en algún otro espacio de comentario o de análisis, tenemos que hablar de Guerrero, lo hacemos casi casi con la resignación del médico que está atendiendo a un paciente crónico, cuya condición se agrava y se agrava, hasta llegar dentro de muy poco tiempo a una fase terminal.

Ya la crisis de violencia de Guerrero parecía haber tocado fondo, pero cada semana encontramos un nuevo fondo y un nuevo paso hacia el fondo de un pozo, que vemos el pozo, vemos la negrura, ya tiramos una piedra y no escuchamos, no escuchamos a dónde va a ir a caer esa piedra, porque parece que el foso, como la fosa, no tiene fondo.

CARDONA   VIOLENCIA SIGUE ....

FONATUR

Ahora Fonatur debe pagar los platos rotos de los errores de Felipe Calderón, quien alteró la normatividad de los manglares para darle paso a in versiones hoteleras y destruir el entorno.

Lo hacho hasta ahora ha sido apegado a una legalidad transformada por los gobiernos anteriores.

Es parte del desmadre de su herencia.