Alejandro Moguel
Es real el acomodo de las fuerzas políticas en Oaxaca, pero lo que no sé es si es de risa o de pena. Y tampoco qué efecto tendrá en el electorado que cada vez está más confundido para emitir el famoso voto razonado. Veamos qué ha sido de los partidos y hablemos de solo algunos personajes, por lo menos los que han sido hasta ahora más conocidos.
El PRI tuvo algunas bajas, Héctor Pablo Ramírez, Manuel García Corpus, Samuel Gurrión. El PRD ha sido el partido con mayor deserción en los últimos días y en el PAN no se van porque no hay nadie que lo deje.
Morena ha cosechado de estos desprendimientos. Pero salvo Héctor Pablo, que tuvo mayor presencia durante su paso por Liconsa, el resto no tiene nada qué ofrecer a la sociedad.
Para empezar en la ciudad de Oaxaca un personaje tan polémico como Samuel Gurrión puede ser preocupante. Su pasado y su presente de oportunismo y simulación, lo condenan. De ahí que no tenga posibilidades de ganar la alcaldía de la capital, donde desde años ha sentado sus reales y sus intereses. En su campaña, Samuel prometerá convertirla en Disneylandia, pues su amigo y cómplice Hernández Fraguas, tiene de cabeza a la ciudad.
Por cierto, el todavía priista Hernández Fraguas le apuesta al triunfo de Samuel Gurrión, pues ya integraron todo una súper estructura (puede reírse) para enfrentar a su único y acérrimo enemigo Javier Villacaña, quien ni siquiera sabe si va o no como candidato a la presidencia municipal.
Pero no es el único partido que vive traiciones cotidianas. En Morena, también se maneja el interés económico y en poco tiempo han convertido en este partido en una sucursal de otros priistas, poco queridos por la sociedad.
Jorge Franco se hizo del Partido Encuentro Social (PES) y una de sus primeras peticiones fue la candidatura a la presidencia municipal, para él o para cualquier conocido suyo, al fin que los negocios entre cuates siempre prosperan. Juega a apoyar al PES pero también está financiando parte de lo que será la campaña de Samuel Gurrión. En una de esas, Oswaldo García Jarquín se quedará otra vez en el camino y de nada le servirá haber tenido la posibilidad de llegar.
En el caso del Senado de la República, la situación es de locos. Imagínese usted, un priista de toda la vida que apenas hace unos días hacía campaña a favor de José Antonio Meade, hoy retomará el discurso de Anaya. Aunque el enlace con Héctor Pablo y algunos panistas como Javier Corral vienen de tiempo atrás, hoy tendrá que defender al candidato más señalado por presuntos actos de corrupción. Bien fácil que cambian los políticos de discurso, de camiseta y de partido.
José Antonio Estefan Garfias oficialmente sigue en el PRD, pero soterradamente está nuevamente apoyando al PRI a través del Partido Verde Ecologista de México, partido que llevará a su hijo a la postulación de una candidatura en el distrito de Salina Cruz donde por cierto enfrentará a su otrora aliado, Carol Antonio Altamirano, quien dejó el PRD para sumarse a la aventura de Morena.
¿Usted por quién va a votar? Por el PRI vestido de azul y amarillo o por el PRI disfrazado de la izquierda en Morena, como quiera, sólo ven sus intereses. Decía al inicio de este texto que sí, hay una recomposición política en Oaxaca, pero es sólo un acomodo de ratas en la bodega, donde puede haber más queso porque el que tenía ya se lo comieron.
Detrás de todo esto está otra disputa del PRI entre ex gobernadores. Ulises Ruiz quiere volver por sus fueros a costa de lo que sea, incluso la desestabilización de Oaxaca y en esa contrariedad, ahora va de la mano con el magisterio, pues son los principales promotores de Morena.
No son todos ni son los últimos. Falta ver de aquí al registro de candidatos otras tantas sorpresas que ya no lo serán tanto. Y los partidos chiquitos también estarán esperando la morralla para tratar de conservar el registro. El PRI, como primera fuerza, tiene posibilidades reales en algunos distritos federales, locales y algunas presidencias municipales. Los dos priistas, Héctor Pablo y Raúl Bolaños hijo, postulado por el Verde, estarán en la búsqueda de la primera minoría al Senado. ¿Por qué? Pues porque todas las encuestas, con o sin candidato, dan por ganador a Morena con una diferencia extraordinaria que supera los 20 puntos. Claro, hay quienes piensan que ese porcentaje se puede remontar y no lo dudo, pero para eso se requerirá una inversión mucho mayor. En cuanto a las diputaciones, Morena crecerá pero no será la primera fuerza política del Congreso local, esa posibilidad todavía la tiene el PRI, precisamente por ese reacomodo en los distritos, donde el PAN y el PRD está inconforme con los acuerdos de cúpula.
Y ante una derrota en la lucha por la Presidencia de México, parece que aquí es lo último que queda por salvar. Las diputaciones locales para que el siguiente tramo de gobierno esté en posibilidad de caminar en las reformas que interesen al Ejecutivo y en las presidencias municipales, sobre todo en municipios clave donde se trabajan proyectos de desarrollo.
En un escenario virtual en el que Morena gane la presidencia, el Senado, las diputaciones federales y locales y la mayoría de las presidencias municipales, Oaxaca tendrá que nadar contracorriente, mucho más que ahora con todos los desatinos.
El PRI será el principal enemigo del PRI y uno de los blancos en esta disputa es la estabilidad del ejecutivo, ahora que se fueron al a aventura electoral y se cambiaron de partido, bien haría falta hacer una revisión puntual de los grupos que han estado olvidados, de los priistas que han sido marginados y de aquellos que pueden aportar y mucho para rescatar lo poco que se puede. Como dice la voz popular: de lo perdido, lo que aparezca.