Cinco razones que hacen históricas las elecciones presidenciales en México


Luis EcheverrÌa Ávarez

Alberto Nájar/BBC Mundo/Ciudad de México

Algunos creen que las elecciones presidenciales de este 2018 en México fueron tan importantes como las que tuvieron lugar en 1910.

Ese año, la reelección del entonces presidente Porfirio Díaz provocó la Revolución Mexicana, que causó la muerte a un millón de personas y cambió la vida del país.

Otros en cambio estos comicios como una competencia muy reñida, como pocas veces en décadas.

Pero en lo que casi todos coincidieron es que este 1 de julio, cuando los mexicanos eligieron al sucesor del presidente Enrique Peña Nieto, lo que ocurrió fue algo que no había pasado en casi un siglo en la historia del país.

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BBC Mundo te presenta cinco elementos que hacen histórica la elección presidencial de 2018 en México.

  1. Elección gigante

Los contendientes a estos comicios que ocuparon en lugares destacados primeros puestos en las encuestas fueron:

José Antonio Meade, postulado por la coalición Todos por México formada por el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), junto con los partidos Nueva Alianza (PANAL) y Verde Ecologista de México (PVEM).

También se presentó Ricardo Anaya, de la coalición Por México al Frente creada por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Movimiento Ciudadano (MC) y el PAN.

Y el último contendiente fue Andrés Manuel López Obrador, de la coalición Juntos Haremos Historia formada por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), con los partidos del Trabajo (PT) y Encuentro Social (PES).

Andrés Manuel López Obrador

Este 1 de julio además de elegir presidente los mexicanos votaron por candidatos a gobernadores, un jefe de gobierno, alcaldes, concejales, regidores, juntas municipales, sindicaturas, senadores y diputados locales y federales.

Según el Instituto Nacional Electoral (INE) los puesto públicos en disputa fueron 18 mil 311, la primera vez que se eligen tantos en un solo proceso.

Hay otros números. La lista nominal de electores es de 89 millones de personas, el más alto de la historia.

Desde octubre pasado, cuando inició el período electoral y hasta el pasado 1 de julio se estima que se difundieron cerca de 60 millones de mensajes de los candidatos en radio y televisión.

Un proceso enorme, y también caro. Según datos del INE el dinero para financiar a partidos políticos, la organización de los comicios y el gasto de las autoridades electorales fue de casi 33 mil  millones de pesos.

Unos US$1.800 millones, sin contar el gasto que podrían haber realizado los candidatos con financiamientos privados.

Millennials participaron y votaron en proceso electoral 2018
  1. ¿La hora de la izquierda?

En la campaña presidencial de 2018 el nombre que más se repitió en medios tradicionales y redes de internet es Andrés Manuel López Obrador. Y finalmente ha sido el presidente electo.

Por ejemplo, un sondeo realizado por GLAC-Pulso en la Red del diario El Financiero revela que entre el 17 y el 23 de marzo pasados López Obrador tuvo casi 690 mil  referencias en internet.

De los tres candidatos presidenciales es el que más se mencionó en redes sociales. Y se notó en las encuestas.

Desde mediados de 2017 prácticamente todas las mediciones sobre la intención de voto ubicaron como puntero al candidato de Juntos Haremos Historia.

No es la primera vez que López Obrador encabeza sondeos electorales, pues en la campaña presidencial de 2006 arrancó como favorito pero oficialmente perdió la contienda.

Pero analistas políticos como Sergio Sarmiento ya predijeron en marzo que el escenario de estos comicios era distinto. «Si no comete errores tiene segura la presidencia, pues no lo rebasarán» sus contrincantes, auguró en declaraciones al diario Reforma.

Una ventaja del candidato en esta contienda fue que algunos de sus antiguos adversarios estaban en su equipo.

Y además mantiene una nueva actitud: a diferencia de campañas como 2006, esta vez, López Obrador procuró alejarse de controversias.

Su mensaje fue, dijo a menudo durante la campaña, «de amor y paz».

Margarita Zavala
  1. Un fantasma reaparece

Un tema tabú en México, desde que se prohibió en 1933, regresa en los actuales comicios.

Se trata de la reelección, que durante décadas se mantuvo ajeno a la discusión política, hasta 2014 cuando cambiaron las leyes electorales. Este año se permitió que alcaldes, diputados y senadores concurrieran en la campaña para ocupar de nuevo el mismo puesto. Fueron, por ahora, los únicos autorizados para hacerlo.

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Pero a diferencia de lugares como Estados Unidos, donde los legisladores pueden reelegirse durante décadas incluso, en México sólo se permitirá por un máximo de 12 años.

Manuel Ávila Camacho
  1. El drama de los «independientes»

Durante 66 años en México la única forma de participar en una elección era con el respaldo de un partido político.

Los candidatos independientes fueron prohibidos en 1946 por el entonces presidente Manuel Ávila Camacho.

Desde entonces hubo algunos intentos de ciudadanos por contender en los comicios, pero su participación fue decretada ilegal.

El candado se abrió con la reforma electoral de 2012. Este año se registraron 48 personas como candidatos independientes a la presidencia del país.

Para contender debían conseguir el apoyo de al menos 866.593 personas con derecho a voto, a quienes se escaneó su credencial de elector con una App del INE.

Al final sólo tres candidatos entregaron casi el doble del respaldo necesario:

El gobernador con licencia de Nuevo León Jaime Rodríguez, «El Bronco»;

El exsenador Armando Ríos Pitter, «El Jaguar»,

Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón.

Los tres, por cierto, fueron militantes de partidos políticos antes de presentarse como «independientes».

En mayo, Zavala, se retiró de la contienda por la presidencia.

  1. La balanza «Millennial»

Ellos pueden definir el destino de la elección presidencial. Se trata de 12 millones de jóvenes que este 1 de julio tuvieron opción de votar por primera vez.

Con el recuento oficial de los votos y los análisis, habrá que ver si su participación, como decían los expertos, podía ser fundamental. No sólo por el número que representan sino porque la mayoría no tiene una preferencia política específica.

Y un elemento adicional: a la mayoría de estos votantes primerizos pueden no haberle influido las descalificaciones entre los candidatos.

Un ejemplo es la acusación contra López Obrador de que, si ganaba los comicios, aplicaría un gobierno similar al del polémico expresidente Luis Echeverría (1970-1976).

En ese período el país padeció el inicio de una grave crisis política que empezó a superar dos décadas después.

Pero a los jóvenes el nombre del exmandatario nada les dice, afirman analistas como Ana Paula Ordorica.

«Asustar con que López Obrador implica el regreso de Echeverría es hablar sobre algo que no comprenden» estos electores, escribió en el diario El Universal.