A una década de tragedia en la Guardería ABC


Reclamo de dolidos padres
  • Tras diez años la justicia no ha llegado para 49 infantes fallecidos.
  • Dos lustros de llanto,  marchas y protestas de padres de los afectados.
  • Sólo han sido separados de sus cargos algunos empleados menores.

De la Redacción

El incendio de la Guardería ABC ocurrió el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora. En la conflagración fallecieron 49 niños y 106 resultaron heridos, todos de entre cinco meses y cinco años de edad. El siniestro se suscitó  al propagarse el incendio de una bodega contigua perteneciente al gobierno del Estado de Sonora, siendo gobernador del estado Eduardo Bours Castelo durante la administración federal de  Felipe Calderón Hinojosa. La estancia infantil privada funcionaba por modelo de subrogación por el Instituto Mexicano del Seguro Social desde el 6 de agosto de 2001.

De un total de 19 funcionarios involucrados inicialmente según la Suprema Corte de Justicia (SCJN) ​ inicialmente no había ninguna persona bajo proceso judicial por el hecho, ya que todos habían sido exonerados, hasta que posteriormente por las presiones sociales han sido condenados 19 de 22 inculpados por la justicia mexicana.​

Rescate de los infantes

FLEXIBILIDAD PARA INSTALAR GUARDERÍAS

Entre los servicios que ofrece el Instituto Mexicano del Seguro Social de México, existe el de guardería para los hijos de madres beneficiarias de la seguridad social.​ Al momento de ocurrir el incendio, el IMSS contaba con 134 guarderías convencionales y mil 500 bajo el modelo de subrogación, es decir, concesionadas a particulares con estándares definidos por el propio instituto. Dicha modalidad inició en 1983,​ pero a partir de 2003, luego de realizarse una modificación a la Ley General del IMSS, las guarderías subrogadas se multiplicaron con la flexibilización de los requisitos para establecer una, y la reducción de la cantidad que el IMSS invertía por niño,​ lo que provocó su saturación, un detrimento en la calidad de la atención a los menores y que las guarderías contaran con menos personal. Para junio de 2009, las guarderías subrogadas a particulares por el IMSS funcionaban en un desorden generalizado en el otorgamiento de los contratos, operación y vigilancia o supervisión​ de las mismas, y sólo 14 del total cumplían con la normatividad adecuadamente,7 en tanto 49.9% carecía de la constancia de protección civil vigente y sólo 407 cumplían con el visto bueno por bomberos locales. Unos 223 mil niños eran resguardados por el IMSS en ambas modalidades, y según lo observado por la SCJN, hubo una conexión directa entre el panorama irregular de las guarderías subrogadas y el incendio en la Guardería ABC.​

Eduardo Bours Castello

MONTOS DE SUBROGACIÓN

Por operar la guardería el IMSS pagaba por subrogación 422 mil pesos mensuales,​ aproximadamente, y se encontraba en sobrecupo. De 196 lugares autorizados la guardería tenía cerca de 220 infantes.​ El contrato de subrogación de la GuarderÍa ABC fue firmado por Juan Molinar Horcasitas y los socios de la guardería, asociados legalmente en 2006.​

En el predio ubicado en la esquina de las calles Ferrocarrileros y Mecánicos, de la colonia Y Griega de Hermosillo, Sonora, funcionaba desde el 6 de agosto de 2001 la Guardería ABC, una guardería subrogada por el IMSS a una sociedad civil privada constituida por los ciudadanos Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella —familiarmente relacionada a Margarita Zavala, esposa del entonces presidente Felipe Calderón y del también gobernador entonces, Eduardo Bours, Sandra Luca Téllez Nieves y Gildardo Francisco Urquides. El mismo edificio de la guardería era compartido por una bodega de archivos del Departamento de Control Vehicular de la Secretaría de Hacienda del Gobierno del Estado de Sonora, en la cual se resguardaban placas de vehículos y un archivo.11​ Dicha instalación se estableció en 2002, una fecha posterior al establecimiento de la guardería y al momento del incendio no contaba con extintores o alarmas contra incendio.​ Empleados laboraron desde las 8 de la mañana de ese 5 de junio hasta aproximadamente las 14:35 horas acomodando placas11​ y a su salida afirman haber apagado los sistemas de aire acondicionado.

Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo Tonella, propietaria de la Guardería ABC

INICIO DE LA TRAGEDIA

De acuerdo a la versión oficial, el incidente ocurrió aproximadamente a las 15:00 cuando en la guardería los niños dormían la siesta y en la bodega contigua se sobrecalentó un sistema de enfriamiento de la bodega que resguardaba cinco toneladas de documentos, placas vehiculares y tres vehículos.​ El sobrecalentamiento fundió el aluminio del motor del sistema, lo que provocó que fragmentos en llamas cayeran sobre lo archivado. El incendio se generalizó en la bodega y se propagó a la estancia infantil, en la que se encontraban 176 niños resguardados y aproximadamente 50 empleados. Las llamas fundieron el poliestireno aislante del techo de la guardería, y el fuego, así como vapores tóxicos, invadieron el área.14​ Testigos presenciales afirman haber escuchado una explosión14​15​ y luego el inicio del fuego y una densa columna negra de humo, lo que alertó y animó a quienes se encontraban cerca a acudir al lugar, entre ellos negocios cercanos como una gasolinería ubicada en contraesquina.

CERO MEDIDAS DE PROTECCIÓN

La falta de detectores de humo, extintores y salidas de emergencia adecuadas, así como la rapidez del incendio por los materiales flamables con la que se construyó la bodega, provocaron los fallecimientos de los infantes, la mayoría por asfixia.

Después de la tragedia

Vecinos de viviendas y negocios cercanos fueron los primeros en arribar hasta el lugar para realizar labores de rescate, seguidos de rescatistas, paramédicos y policías, que apoyaban a las educadoras y asistentes para rescatar a más niños y niñas con vida. Pero la falta de salidas de emergencia imposibilitaron su entrada a la guardería en llamas,​ por lo que ciudadanos de áreas cercanas se dieron a la tarea de intentar sacar a las víctimas de la conflagración que permanecían dentro.Destaca la labor de Francisco López Villaescusa y su padre Héctor Manuel López, quienes hicieron boquetes en los muros de la guardería para poder sacar a más niños y niñas con una camioneta marca modelo Silverado 1997 que averiaron, ​ así como la de Juan López Trujillo «El Cayetano», quien rescató cerca de ocho infantes de entre las llamas. El propio personal de la guardería trataba de sacar del inmueble a los niños como les era posible, en una situación de caos generalizado.​ Conforme pasaban los minutos arribaban hasta el lugar los padres de los niños, muchos de los cuales recibían atención fuera del sitio del siniestro. En casas aledañas los vecinos trataban de consolar a los padres de las víctimas y ayudarles a comunicarse con sus familiares.En el traslado de los niños que eran rescatados del interior del inmueble colaboraron incluso vehículos particulares y patrullas.

Una hora después arribó al lugar el alcalde de Hermosillo, Ernesto Gándara, y expresó públicamente su pesar. Cerca de las 4 de la tarde iniciaron los primeros reportes oficiales. Eduardo Bours, gobernador entonces, manifestó sus condolencias desde Arizona, en donde sostenía una reunión de trabajo.​ En tanto padres sin información sobre sus niños recorren los hospitales de la capital sonorense en búsqueda de información.

El 6 de junio de 2009 algunos de los niños reciben la visita de Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, manifestando que México estaba de luto y promete justicia y castigo a los culpables.​ Durante ese día y el siguiente inician la mayoría de los servicios funerarios de las víctimas.26​

El 9 de junio los dueños de la guardería dieron una conferencia de prensa.27​ En ella declararon que ignoraban que la guardería se encontraba en riesgo, y que las inversiones que habían realizado en conjunto con otros socios respondían a un interés legítimo.

In Memoriam

CALVARIO DE MAESTRAS DE LA GUARDERIA ABC

Durante la tragedia, algunas maestras de la Guardería ABC hicieron todo lo humanamente posible para rescatar a la mayor cantidad de bebés de entre las llamas, y hasta la fecha, mantienen secuelas psicológicas por lo ocurrido. Aquí los testimonios: “Los saqué de los piecitos”. María del Carmen León, 53 años Fui la primera que vi el humo; gritaba, nada más gritaba para que levantaran a los niños, porque la guardería se estaba quemando. Cuando abrí la puerta, ahí se acabó todo… no podía ver nada y como pude comencé a sacar a los niños, pero no se podía ver nada, el humo me ahogaba, sentía que me quemaba cuando respiraba. Fue una odisea sacarlos, tuvimos que tirarlos a las banquetas, me tocó sacarlos de los piecitos. Todavía me acuerdo de sus caras, las tengo grabadas; adentro, en la guardería, estaba hirviendo.

SECUELAS EN LA SALUD DE ELLAS

Lo que quiero es que sepan que los niños que están vivos es porque nosotras los sacamos, no hubo tiempo de más. Yo tengo un daño neumológico por aspirar tanto humo y otro psicológico que hasta ahorita el IMSS no me ha querido atender. “Intenté quitarme la vida”. Marina Isabel Flores, 50 años Intenté quitarme la vida, estuve tres veces en el psiquiátrico. Todas las maestras seguimos en terapia, ya no tenemos calidad de vida, ya no somos las mismas. Hemos sido discriminados por los padres, nos han agredido y amenazado. Un día estábamos unas compañeras y yo en un restaurante y llegó el gerente y nos dijo que nos fuéramos porque ahí estaba el padre de un niño que había fallecido. No nos querían ahí. No entendemos por qué los papás se nos voltean y nos dicen: “Ustedes son culpables, ustedes son unas asesinas”, pero hicimos todo lo humanamente posible, nos faltó tiempo.

Encabezados por Marcia Gómez del Campo, los restantes socios de la Guardería ABC, en rigurosa ropa color blanco ofrecieron rueda de prensa tras la tragedia

SON DISCRIMINADAS

Mi viacrucis comenzó cuando la directora de la estancia me envió a colaborar en el hospital: había niños que no se podían reconocer, había algunos totalmente quemados. “Siempre nos han visto como culpables”. Adriana Gasca Me costó mucho conseguir trabajo, dejaba solicitudes, pero por el hecho de haber trabajado en la Guardería ABC, me dejaba fuera. Y si me daban trabajo en alguna estancia, llegaban los papás de los niños de la guardería y lo tenía que dejar porque me discriminaban. Lo único que queremos es que los padres sepan que nosotras no somos culpables. Yo hice todo lo que pude para salvar al mayor número de niños. No sabíamos si estaban vivos o muertos, pero se miraban todos negros, todos tiznados por el humo. Yo los limpiaba con mi bata. Es una lástima, pero nadie se acuerda de nosotras, las maestras. La sociedad jamás ha reconocido que nosotras ayudamos; al contrario, siempre nos han visto como culpables, pero no lo somos, porque nosotras no prendimos el fuego en la guardería.