A la mitad del foro: Ya tiene el papelito


Andrés Manuel López Obrador y Janine Otálora

León García Soler

Serio como un obispo. Paso a paso y sin guardias, con un hijo a cada lado, López Obrador entró a la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.  Ahí escuchó las palabras de Janine Otálora, magistrada presidente del órgano jurisdiccional. Ni sombra de las instituciones enviadas al diablo. El INE recibió el reconocimiento de la magistrada, así como los electores que sufragaron “en orden y en paz y en plena libertad.”

Y Andrés Manuel López Obrador pudo decir a los fieles que esperaban su salida del acto solemne: ¡Ya tengo mi papelito! Ya es Presidente electo. Y ahora tendrá que resistir la carga desbordada y democrática de los creyentes en las virtudes teologales de amor y paz. Llegó ante el tribunal y como en la narración de Oscar Wilde: “El silencio se hizo en la Sala del Juicio”. Ni al cielo ni al infierno, que asegura el tabasqueño, “no existe”, sino a la vivienda que adquiera cerca de Palacio Nacional. Porque ahí despachará los asuntos de estado y del gobierno. Lejos de Los Pinos y el aislamiento de los últimos años del cesarismo sexenal. Pero con los hijos a su lado. Y en primera fila Alfonso Romo, primum inter pares de los notables de la cuarta transformación.

Alejandro Moreno

No todo lo que brilla es oro. En el largo interregno se deslumbraron los fieles del estratega de Nacajuca que cambió a los allegados, sin deshacerse de la vieja guardia. En el Tribunal, en primera fila, la distinguida presencia de Olga Sánchez Cordero, quien fuera ministra de la Suprema Corte de Justicia y será la primer mujer que despachará en la casona de Bucareli, conducto entre el titular del Poder Ejecutivo, el Congreso de la Unión y los gobernadores de las entidades que integran la sólida federación de la República democrática y laica.

Así, con prístina claridad: Laica. Aunque el héroe de la proeza electoral sin par, repita que Benito Juárez era católico y no añada que fue masón y tuvo que combatir al poder terrenal de la Iglesia durante largos años para restaurar la República y refirmar la soberana majestad del estado mexicano sobre el territorio nacional. De ahí la confusión sembrada en el largo interregno, constante toma de posesión prematura, sin el papelito siquiera; con un desfile multifacético en el que sonreían sin cesar Esteban Moctezuma Barragán, Marcelo Ebrard, Alfonso Durazo y otros conversos previamente apóstatas del priato tardío; los viejos funcionarios del fugaz y fértil gobierno de AMLO en el Distrito Federal. Sí, hubo alguna vez un Distrito Federal en la Ciudad de México, capital de la República y del Anáhuac.

Alfonso Romo

Curiosas mezclas. Fuga apasionada del sistema muerto en busca de las memorias del porvenir. ¿Qué han hecho de mi antiguo valle Metafísico?”, diría Alfonso Reyes. La red llena de agujeros de la que se lamentaban los vencidos. Y ahí están los boquetes por los que se fueron los inesperados logros del vuelco finisecular: el sistema plural de partidos disuelto a golpes de corruptelas metálicas y olvido de las ideologías; el súbito florecer del federalismo marchitado por la corrupción desaforada de gobernadores que se encontraron de pronto dueños de territorios y haciendas públicas: miserables ladrones encarcelados algunos y otros en espera del juez que los declara formalmente presos, como Graco Ramírez, avecindado en Morelos y despreciado por el tabasqueño que ya tiene su papelito.

La abogada Sánchez Cordero no ha cesado ni un instante de exponer el valor incontestable de la ley, el estado de Derecho, el imperio de la ley. Valiosa secretaria de Gobernación en esta era del envilecimiento del discurso político y la desesperanza de las multitudes agobiadas por la desigualdad y la prepotencia de quienes hacen política para hacer dinero. Valiosa y muy útil en el inicio del cambio de régimen que anticipa Andrés Manuel López Obrador. Después de todo el haber acordado ya el Presidente Peña Nieto y el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, la iniciativa de reforma que restablecerá la secretaría de Seguridad Pública, no altera las funciones institucionales de Gobernación.

Olga Sánchez Cordero

Si acaso, algún nostálgico lamentará que ya no sean dos las secretarías que “tienen dientes”. El Ejercito de la Revolución es y ha de seguir siendo símbolo republicano de absoluto respeto al mando civil de las fuerzas armadas. Los agobiados por la violencia criminal y la impunidad rampantes, no quieren a los soldados en las calles. Pero nadie quiere que vuelvan a sus cuarteles mientras no haya fuerzas policiacas suficientes, capacitadas y entrenadas para suplir al Ejercito y la Marina Armada. Ni modo. Ojalá ahora entiendan los responsables la diferencia entre seguridad pública y seguridad nacional. Alfonso Durazo es estudioso y serio servidor público. Pero ya escuchó las voces de repudio en Torreón, Coahuila: “Primero justicia y después perdón”. Coro de Esquilo en La Laguna. López Obrador había predicado  el perdón en Piedras Negras. Y las madres de las víctimas rechazaron el llamado del predicador.

Nadie puede ignorar que el nuestro es un sistema presidencial, que el Supremo Poder Ejecutivo de la Unión se deposita en un solo individuo a quien se denominará Presidente de la República. No hay ni estilo ni pretexto para que los secretarios, hoy todavía “virtuales” como dicen los cronistas, mañana secretarios de despacho a quienes puede designar y remover libremente el Presidente, presuman ser “ministros” sin haber sido elegidos para ocupar escaño en el Parlamento que, afortunadamente, se ha quedado en anteproyecto entusiasta y ridículo de la transición en presente continuo. Habrá que estar atentos al compromiso de AMLO de respetar la soberanía de otros poderes, muy especialmente los de gobiernos de estados libres y soberanos de nuestra República Federal.

MarceloEbrard

Así como más de una docena de gobernadores han merecido el desprecio del pueblo y la sentencia de juez de lo penal, otros han defendido con dignidad el poder soberano de la entidad que gobiernan a partir del vuelco, la separación de poderes y el mandato recibido en estados libres y soberanos. Desde la sobria actitud de Juan Manuel Carreras en San Luis Potosí, quien se comprometió ante los representantes ejidales de Tanjalás, Ébano, Matlapa, Tancahuitz, Aquismón y Xilitla a formalizar la posición en contra del sistema de fractura hidráulica, y ofreció buscar a la próxima secretaria de Energía Federal para revisar los contratos de Pemex en la Huasteca Potosina. O el conocimiento al servicio de la vocación política de Arturo Núñez en Tabasco, en la tierra de Tomás Garrido Canabal.

Hoy de Andrés Manuel López Obrador, el ganador de las elecciones más “importantes” de la historia, han dicho los sicofantes y los deslumbrados por el número de votos alcanzados en un día tras la larga marcha a través del territorio nacional. En Campeche rindió su tercer informe de gobierno Alejandro Moreno Cárdenas. De pura cepa priísta, de dirigente juvenil hasta llegar a gobernador y enfrentar la demoledora derrota de su partido. En las horas de confusión y desconcierto de los priístas, el de Campeche, duro oponente en la campaña, saludó al hoy Presidente Electo en reunión de la Conago. Ambos hablaron con claridad, ambos saben y han repetido en estos días que “en política se gana y se pierde”.

Informe optimista el de Alejandro Moreno Cárdenas. Recuento de obras y el reconocimiento al apoyo recibido del Presidente Enrique Peña Nieto. Pero en el mensaje político supo exponer la convicción y compromiso políticos, sin temor y sin cortesanía alguna. Un saludo “al licenciado Andrés Manuel López Obrador, ganador de la elección presidencial y próximo presidente de México, con el respeto y la cortesía que corresponden a la responsabilidad constitucional que habrá de asumir próximamente. Ante la nueva administración federal reafirmamos nuestra fórmula de gobierno: ley y firmeza política y diálogo. Respetaremos las facultades del gobierno federal; y haremos respetar las facultades estatales”.

Benito Juárez

“Entre ordenes de gobierno no existen jerarquías, sino esferas de competencia diferentes”.

“En consecuencia, ningún orden de gobierno es jefe de otro orden de gobierno. Y por ello mismo, ninguna figura federal puede convertirse en autoridad intermedia entre el gobierno federal y los gobiernos estatales”.

“Todo es y todo será conforme a la constitución federal: de gobierno a gobierno. Esa es la esencia del federalismo, que haya una relación de equilibrio entre los intereses federales y los intereses locales…”

Y de ahí a asumir el liderazgo del partido que ha de renacer o disolverse en la bruma del centro inane y el servicio al capitalismo financiero. Ni golpe de mano. Ni prisas por tomar el timón de una nave de cabotaje. O levantan la cabeza y ven al horizonte, o se hundirán en el pantano de un desprestigio que ignore la obra creadora de instituciones de la Revolución Mexicana, del moderno estado mexicano.

En este mismo día nació Zapata, recordaría López Obrador cuando recibió su papelito. “¡Esos que no tengan miedo, que pasen a firmar!, dijo Emiliano Zapata, calpulelque de Anenecuilco.